El muerto y el degollado

Leyendo el diario Clarín de hoy, me encuentro con la carta de un lector que se asombra de las condiciones de vida en la Argentina.

Juan Gómez Povina vive en Miami, Estados Unidos de Norteamérica.

Opina desde lejos y mal

Así se vio la carta en el diario:

y aquí la carta online.

Quisiera responderle haciendo una referencia al título de este post.

Este es un claro caso en el que el muerto se ríe del degollado.

Se asombra de la poca moral que hay en la Argentina. Se espanta de que se le tiren piedras a la policía. Y remata su asombro hablando de derechos humanos.

Cuando alguien pierde el contacto con lo cotidiano, suele ser catalogado en este país de vivir en un frasquito.

Por lo menos a través del vidrio algo se puede ver. Este muchacho vive en una lata de duraznos y para más, enterrada.

¿No se dio cuenta en qué país vive él?

Le voy a dar unas pistas para que vaya dándose una idea:
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Legalmente ilegal

Estados Unidos es, en miles de películas, el adalid de la libertad y de la defensa de los derechos humanos. Son los salvadores de la humanidad. Siempre tan desinteresados en su lucha mundial contra los opresores, invasores y de todos aquellos que no respetan a los seres humanos.

En la realidad, en más de una ocasión utilizaron guerras para levantar su economía.

En los últimos tiempos, a pesar de ser imposible de ocultar cuáles eran los verdaderos motivos para interferir en las economías de diferentes países y/o invadirlos, se han propuesto tomar el control de la mayor cantidad de naciones en el mundo. Siempre que no interfiera con los intereses de Rusia, que no creo que vaya a dejarlos.

La imagen de país desinteresado que defiende a quienes no pueden hacerlo, si bien hace mucho que no es habitual en el cine yanqui, termina de desaparecer con el último acto protagonizado por la ¿justicia? norteamericana.

El tiro de gracia que definitivamente eliminó la confianza que alguien pudiera tener en la ecuanimidad de los norteamericanos, es la aprobación por parte del Departamento de Justicia de los Estados Unidos de la tortura para los detenidos/prisioneros a los que se los «rotule» de posibles extremistas en los interrogatorios.

Si antes los detenidos por presuntos actos o futuros actos terroristas (¿recuerdan Guantánamo?) no existían para la ¿justicia? yanqui, ahora que sí los reconocen, les dan el estatus de «torturables».

Bajo la norma: «el fin justifica los medios», Estados Unidos pasa a ser legalmente igual a la Alemania de Hitler, donde cualquiera podía ser espiado, detenido, torturado e incluso ejecutado basados en un informe de los servicios de espionaje.

Parece mentira que a tan pocos años del intento nazi de dominar al mundo, no se haya disparado la alarma. Las diferencias entre los Estados Unidos de Bush y la Alemania de Hitler son apenas de forma, no de fondo.

La noticia en el New York Times.