¡Qué carta!

En el sitio español, Escuela de escritores desde hace varios años hay un concurso: Concurso Antonio Villalba de cartas de amor.

Desde el 2002 se viene haciendo esta competencia, que en su tercera edición, en el 2004, consagró como ganadora a Susana López Rubio con la carta titulada Bienes comunes.

Me pareció que esta carta resume lo que puede ser verdadero amor.

Simplemente me encantó.

Estimada Cristina:

Ayer recibí una misiva de tu abogado donde me invitaba a enumerar los bienes comunes, con el fin de comenzar el proceso de disolución de nuestro vínculo matrimonial.

A continuación te remito dicha lista, para que puedas solicitar la
certificación al Notario (…)(…) y tener listos todos los escritos antes de la comparecencia ante el tribunal.

Como verás, he dividido la lista en dos partes. Básicamente, un apartado con las cosas de nuestros cinco años de matrimonio con las que me gustaría quedarme y otra con las que te puedes quedar tú. Para cualquier duda o comentario, ya sabes que puedes llamarme al teléfono de la oficina (de ocho a cuatro) o al móvil (hasta las once) y estaré encantado de repasar la lista contigo.

COSAS QUE DESEO CONSERVAR:

– La carne de gallina que salpicó mis antebrazos cuando te vi por primera vez en la oficina.
– El leve rastro de perfume que quedó flotando en el ascensor una mañana, cuando te bajaste en la segunda planta, y yo aún no me atrevía a dirigirte la palabra.
– El movimiento de cabeza con el que aceptaste mi invitación a cenar.
– La mancha de rimel que dejaste en mi almohada la noche que por fin dormimos juntos.
– La promesa de que yo sería el Único que besaría la constelación de pecas de tu pecho.
– El mordisco que dejé en tu hombro y tuviste que disimular con
maquillaje porque tu vestido de novia tenía un escote de palabra de honor.
– Las gotas de lluvia que se enredaron en tu pelo durante nuestra luna de miel en Londres.
– Todas las horas que pasamos mirándonos, besándonos, hablando y tocándonos. (También las horas que pasé simplemente soñando o pensando en ti).

COSAS QUE PUEDES CONSERVAR TÚ:

– Los silencios.
– Aquellos besos tibios y emponzoñados, cuyo ingrediente principal era la rutina.
– El sabor acre de los insultos y reproches.
– La sensación de angustia al estirar la mano por la noche para descubrir que tu lado de la cama estaba vacío.
– Las nauseas que trepaban por mi garganta cada vez que notaba un olor extraño en tu ropa.
– El cosquilleo de mi sangre pudriéndose cada vez que te encerrabas en el baño a hablar por teléfono con él.
– Las lágrimas que me tragué cuando descubrí aquel arañazo ajeno en tu ingle.
– Jorge y Cecilia… Los nombres que nos gustaban para los hijos que nunca llegamos a tener.

Con respecto al resto de objetos que hemos adquirido y compartido durante nuestro matrimonio (el coche, la casa, etc) solo comunicarte que puedes quedártelos todos. Al fin y al cabo sólo son eso:… objetos.

Por último, recordarte el nº de teléfono de mi abogado (……..) para que tu letrado pueda contactar con él y ambos se ocupen de presentar el escrito de divorcio para ratificar nuestro convencimiento.

Afectuosamente, Roberto.


Lo leí en el boletín Familia y planificación personal, de Mirta Nuñez, abogada y coach personal y profesional.

Gracias Mirta, otra vez me has dado material para mi sitio.

Carta de Nano a Santa Claus

Sé que no es nuevo.

Además no tengo ni idea de cuál es la emisora radial que puso al aire este documento; a lo sumo deduzco que está a 1 hora (huso horario) de distancia de las Islas Canarias.

Lo que si sé, es que en la carta que Nano le escribe a Papá Noel está mi callada queja de varios años expresada con absoluta claridad.

Seguramente a todos ustedes les habrá pasado lo mismo en -por lo menos- una oportunidad.

Para los que nunca escucharon la carta de Nano, los invito a descubrirla. Y a los que sí la conocen, la invitación es para revivir las emociones que habrá despertado la primera vez.

Aquí les dejo el audio, pero por si no alcanzan a entender todo lo que el locutor dice, pongo debajo la transcripción.

Es para no perdérselo. Espero que lo disfruten.

Carta de Nano a Santa Claus…

Querido Santa Claus:
Te extrañará que te escriba hoy, 26 de Diciembre, pero quiero aclarar ciertas cosas que me han ocurrido desde que te mandé mi carta lleno de ilusiones, en las que te pedía que me trajeras una bicicleta, un tren eléctrico, una nintendo 64 y un par de patines.
Quiero comentarte Santa Claus que me maté estudiando todo el año. Tanto que no sólo fui uno de los primeros de la clase, si no que saqué puros dieces en el cole. No te voy a engañar.
No hubo nadie que se portara mejor que yo, ni con sus papás, ni con sus hermanitos, ni con sus amiguitos, ni con sus vecinos.
Hacía recados sin cobrar, ayudaba a los viejecitos a cruzar la calle y no había nunca algo que no hiciera por mis semejantes… y sin embargo, ¡Qué huevos los tuyos, Santa Claus!
Es que dejar debajo del arbolito una puta peonza, una mierda de trompeta, y un maldito par de calcetines, ¡qué cagada!
¿Que coño te has creído barrigudo?
O sea que me porto como un imbécil todo este año para que vengas con una mierda de este calibre.
Y no conforme con eso, al maricón del hijo de la vecina, que es idiota y sin educación, malcriado, desobediente, que le grita a su mamá; a ese tonto de las pelotas, le trajiste de todo lo que te pidió.
Por eso, ahora quiero que venga un terremoto o algo así, para que nos lleve a la mierda a todos, ya que con un Santa Claus como tú, tan incompetente y falso, mejor que nos trague la tierra.
Pero eso si, no dejes de venir el año que viene, porque voy a reventar a pedradas a tus putos y sarnosos venados, empezando por esa mierda de Rudolph, que tiene nombre de homosexual.
Los voy a espantar para que tengas que joderte, caminando a pie como yo, cabrón, ya que la bicicleta que te pedí era para ir al colegio y queda a tomar por culo de casa.
Ah, y no quisiera despedirme, sin antes mentarte a la madre que te parió.
Ojalá que cuando hayas subido muy alto se te dé la vuelta el puto trineo y te pegues una buena por ser tan hijo de puta.
Pero eso si, te advierto que el año que viene vas a saber lo que es un niño maldito y un poquito cabrón.

Atte. Nano

PD: La peonza, la trompeta, y el par de calcetines, puedes recogerlos cuando quieras, y metértelos por el culo.

El muerto y el degollado

Leyendo el diario Clarín de hoy, me encuentro con la carta de un lector que se asombra de las condiciones de vida en la Argentina.

Juan Gómez Povina vive en Miami, Estados Unidos de Norteamérica.

Opina desde lejos y mal

Así se vio la carta en el diario:

y aquí la carta online.

Quisiera responderle haciendo una referencia al título de este post.

Este es un claro caso en el que el muerto se ríe del degollado.

Se asombra de la poca moral que hay en la Argentina. Se espanta de que se le tiren piedras a la policía. Y remata su asombro hablando de derechos humanos.

Cuando alguien pierde el contacto con lo cotidiano, suele ser catalogado en este país de vivir en un frasquito.

Por lo menos a través del vidrio algo se puede ver. Este muchacho vive en una lata de duraznos y para más, enterrada.

¿No se dio cuenta en qué país vive él?

Le voy a dar unas pistas para que vaya dándose una idea:
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Crítica dura desde el humor

Terry Jones, integrante del grupo Monty Python demuestra que mostrando la realidad con humor, puede dejar al descubierto el cinismo de los gobiernos.

En dos oportunidades, la primera el 26 de enero de 2003 y la última el 31 de marzo de 2007, envía cartas al diario The Observer sendas cartas quejándose en la primera de la intención de George Bush de invadir Irak, y en la segunda por los prisioneros británicos capturados en aguas iraníes.

Vale la pena leer ambas cartas. Están en español y al pie de cada una, el link al diario en inglés. No se los pierdan.
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La idoneidad de un candidato

Yo puedo hablar de la Argentina por el derecho que me da el haber nacido y vivir aquí.

Ese mismo derecho lo tienen quienes han nacido aquí, y por los motivos que sean, estén viviendo en otro país.

Habría que hacerlo extensivo a quienes habiendo nacido lejos, viven por las razones que sean, en este país.

Por último, también tienen derecho a opinar quienes desde afuera – y bajo la óptica que les dan las costumbres y culturas de todos y cada uno de los países del globo – miran hacia la Argentina. Sigue leyendo