El colmo de la desfachatez

De lo que se desprende de la noticia publicada por Clarín, deduzco que la mayoría de los legisladores porteños ha perdido por completo el sentido de la ética.

El sistema de control de voto en la Legislatura Porteña es electrónico. Una consola permite a los diputados votar oprimiendo sencillamente una tecla.

Todos pudimos ver cómo en la sesión del día 4 al menos 2 diputados votaban dos veces.

No es que oprimieron en dos oportunidades la botonera de sus respectivas consolas, sino que además votaron en las de 2 diputados que se encontraban ausentes.

Se pudo apreciar claramente cómo intentaron hacerlo de manera subrepticia, con poca suerte o habilidad.

El destituido diputado Aníbal Ibarra, llamó la atención del presidente preguntándole si existía el voto inalámbrico, por lo que la maniobra quedó clara y oficialmente en descubierto.

Resultado de esta delación, se anularon un par de leyes que evidentemente habían sido votadas con «esta modalidad».

Pero la cosa no termina ahí.

Resulta que ahora los diputados -por lo menos la mayor parte- están enojados con Aníbal Ibarra por haber permitido que trascendiera que los legisladores porteños tienen esa modalidad de voto.

¡¿Cómo se puede ser tan descaradamente hijo de puta?!

¡¿Qué pretenden, cagarse en las leyes, las normas, la ética, en definitiva en la legalidad?!

¡¿Desde cuándo ocurren estas cosas?!

¡¿Cómo es posible que una actitud delictiva como es la de hacer votar a muertos y ausentes, no sea duramente criticada por los medios de prensa, haciendo que la noticia sea tratada tangencialmente?!

¡¿Cómo puede ser posible que por ser diputados puedan cometer delitos alegremente sin tener ningún tipo de sanción?!

Si cometo fraude en una elección, temino tras las rejas, comiéndome un juicio por el delito que acabo de cometer, pero esta manga de delincuentes no sólo quedan impunes, sino que además se enojan porque no les permiten delinquir tranquilamente.

¡¿Qué carajo pasa que esta gente hace lo que le viene en gana y nosotros no reaccionamos?!

¡¿Ya nos olvidamos de diciembre de 2001 cuando todo el mundo gritaba ¡QUE SE VAYAN TODOS! porque estábamos hartos de este tipo de gente?!

Estoy absolutamente indignado y avergonzado de que ésta calaña sea la que nos gobierna.

Si por mí fuera, hubiera utilizado una cantidad mayor de epítetos para definir a este tipo de gente.

Por si no se dieron cuenta, señores diputados, me dan asco.

diputados-delincuentes

La noticia en el diario Clarín.

Cómo robarse un edificio en New York

No me refiero a cómo entrar en un edificio en la ciudad de New York y robar todo lo que se pueda, sino de robarse el edificio entero.

Tampoco imaginen que se pueden llevar un edificio a sus casas, ladrillo a ladrillo.

Simplemente quiero decir que en una hora y media obtengan legalmente los papeles que los acredite como dueños.

Si les gusta -por ejemplo- el Empire State Building, pueden decir que es de ustedes en la oficina que registra a los propietarios de los edificios en Nueva York y ellos le van a entregar rápida y ¿eficientemente? el título de propiedad «absolutamente legal».

No es broma. Ya lo han hecho.

El Daily News, enterado de que había una modalidad de robo increíble en New York, decidió poner a prueba la información y decidieron adueñarse del famoso -gracias a King Kong- edificio Empire State Building.

Aparentemente la maniobra era (¿es?) sencillísima:
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Y si pasa algo… ¿a quién le reclamo?

Tere hace pocos días estaba por Barrio Norte y pasó por una galletitería (¿se acuerdan de cuando en el barrio siempre teníamos una?) y le agarró un ataque de nostalgia y entró a comprar galletitas.

Aclaro que en las galletiterías no sólo vendían galletitas; también tenían alfajores, cubanitos, y un montón más de delicias para cualquier chico.

Ya no tienen más estantes con las latas con la ventanita circular de vidrio, a través de la que podíamos ver lo que había dentro y tentarnos. Ahora todo está embolsado.

Compró tres o cuatro bolsitas de diferentes galletitas y una de ellas era de biscuits (las únicas que conocía eran las Bay biscuit, o baibiscuí, como le decíamos).

Nunca me gustaron. Por supuesto, cuando puso la bolsita en la mesa yo comí de otra clase.

Un rato más tarde, y mirando distraídamente la bolsita de los biscuits, algo me llama la atención: RNPA: en trámite.

Luego de pensar un ¡caramba!, todavía no se inscribió en el Registro Nacional de Productos Alimenticios y ya puede comercializar sus productos, agarré la bolsita y la giré para ver quién lo fabricaba.

¡Nadie!

Y éso no era lo más pior…

Decía además: RNE: no identificado.

No estaba identificado en el Registro Nacional de Establecimientos.

¡Son re-truchas!… miren el código de barras: 0000000008129.

Vean la foto que le saqué al paquetito:


Click en la foto la amplía.

Después de ver todo esto, me surgen algunas preguntas:

1.- ¿Quién fabrica este producto?
2.- ¿Cómo puede comercializarlo?
3.- ¿Es legal todo esto?
4.- Si me intoxico, ¿a quién le reclamo?
5.- La legislación argentina, permite la comercialización de productos alimenticios en estas condiciones?
6.- ¿Habrá mucha comida envasada en similares condiciones?

¡Socorro!

Me siento desamparado.

Legalmente ilegal

Estados Unidos es, en miles de películas, el adalid de la libertad y de la defensa de los derechos humanos. Son los salvadores de la humanidad. Siempre tan desinteresados en su lucha mundial contra los opresores, invasores y de todos aquellos que no respetan a los seres humanos.

En la realidad, en más de una ocasión utilizaron guerras para levantar su economía.

En los últimos tiempos, a pesar de ser imposible de ocultar cuáles eran los verdaderos motivos para interferir en las economías de diferentes países y/o invadirlos, se han propuesto tomar el control de la mayor cantidad de naciones en el mundo. Siempre que no interfiera con los intereses de Rusia, que no creo que vaya a dejarlos.

La imagen de país desinteresado que defiende a quienes no pueden hacerlo, si bien hace mucho que no es habitual en el cine yanqui, termina de desaparecer con el último acto protagonizado por la ¿justicia? norteamericana.

El tiro de gracia que definitivamente eliminó la confianza que alguien pudiera tener en la ecuanimidad de los norteamericanos, es la aprobación por parte del Departamento de Justicia de los Estados Unidos de la tortura para los detenidos/prisioneros a los que se los «rotule» de posibles extremistas en los interrogatorios.

Si antes los detenidos por presuntos actos o futuros actos terroristas (¿recuerdan Guantánamo?) no existían para la ¿justicia? yanqui, ahora que sí los reconocen, les dan el estatus de «torturables».

Bajo la norma: «el fin justifica los medios», Estados Unidos pasa a ser legalmente igual a la Alemania de Hitler, donde cualquiera podía ser espiado, detenido, torturado e incluso ejecutado basados en un informe de los servicios de espionaje.

Parece mentira que a tan pocos años del intento nazi de dominar al mundo, no se haya disparado la alarma. Las diferencias entre los Estados Unidos de Bush y la Alemania de Hitler son apenas de forma, no de fondo.

La noticia en el New York Times.

Alfredo Coto, un tipo jodido

Primero, un poco de historia: En el comienzo, don Alfredo tenía una carnicería. Luego, una cadena de carnicerías; más tarde, una cadena de supermercados, hasta llegar a los hipermercados desde hace unos años…

Cuando el ex presidente Carlos Saúl Menem «anticipaba» saqueos a los supermercados, cosa que «de manera increíble» sucedió, en una oportunidad en que parecía que le tocaba a un supermercado Coto, el mismo Alfredo Coto instó a sus empleados a armarse con cuchillos del área de menaje para defender el local a como diera lugar (!).

Por supuesto no se prestaron a eso, pero de todas maneras, no lo saquearon.

Hasta donde sé, por comentarios de gente que ha trabajado en los supermercados, don Coto, no se caracteriza por el excelente trato ni el buen pago a sus empleados.

Circulan historias de cómo hizo Alfredo Coto para llegar hasta donde llegó. No voy a hacerme eco de ellas. Si tengo alguna duda sobre la legalidad de los métodos empleados, me reservo el derecho de no hacerla pública.

Hoy pasé por uno de los supermercados Coto que está cerca de casa y pude ver algo que me indignó:

Oferta anti-boicot

Click en la foto abre en página nueva.

Para los que no lo saben, en Argentina los consumidores -creo que por primera vez- están haciendo boicot a los productos de todos los días que han aumentado injustificadamente.

Hace unos días, el tomate, que había aumentado un 500%, gracias al boicot realizado por la gente, bajó drásticamente hasta valer apenas un 50% o 100% que antes del aumento (los que crean encontrar algún tipo de ironía de mi parte, debo aclararles que sí lo digo irónicamente).

El 2 de septiembre puse un post en el que señalaba la honestidad de Wal Mart en cuestión de precios. Justamente mostraba el precio de zapallo anco que en ese momento rondaba los $3,50.

Hoy, en momentos en que nos encontramos haciéndole boicot a la papa y al zapallo anco, Coto lo pone a $8,99 y al lado, un cartel que limita su venta, como si fuese un precio de requeterrecontra oferta.

Es un insulto. Sentí que se estaba mofando de la gente y que se cagaba en todos nosotros.

Además, cada uno de esos zapallos debía pesar como mínimo, 4 kg. cada uno.

En qué va a quedar todo ésto, no lo sé. Pero intuyo que quedará a más de $4,= luego de que «baje».

En Clarín la noticia de este boicot indica que la gente, como puede dejar de comprar papa, las está comprando por unidad.

La papa era un alimento para pobres, con los que se podía estirar una comida.

¡Cuánta bronca que tengo!

La historia oficial de Alfredo Coto, aquí.