WANTED – BUSCADO

Todos habrán visto en las películas de cawboys (coboys/convoys decían algunos) en donde se veían pequeños carteles con unas caras dibujadas que en su parte superior decían: WANTED.

Había muchos y peligrosos criminales en el viejo y lejano Oeste…

Pero, los yanquis son tan tradicionalistas, que siguen con la manía de andar buscando criminales por ahí, pidiéndole a la gente que colabore, que han puesto un sitio en internet en donde aparecen estos criminales.

Hay otro sitio en el que se puede poner el nombre de una persona y averiguar si tiene antecedentes criminales. Puede ser buscado por delitos de: Comportamiento, Negocios, Drogas y Alcohol, Asuntos Sexuales, Hurto o Robo, Violencia, Ofensas de Tráfico y de Otro Tipo.

Simplemente por curiosidad, puse mi nombre para ver qué pasaba y me llevé una pequeña sorpresa.

Con mi mismo nombre y apellido son 17 los buscados de un total de 34 que tienen un segundo nombre o segundo apellido o que utilizan mi nombre como alias, como por ejemplo, un tal Gustavo Salvador Hurtado utiliza mi nombre y apellido como alias.

Hasta hay un José Luis Perales (¿será el cantante?) que utiliza mi nombre y apellido, con el agregado de Adolfo (Gustavo Adolfo Rivas) para evadir a la justicia norteamericana.

Me está dando un poquito de miedo hacer un viaje a Estados Unidos. ¿Y si termino en Guantánamo?

Fíjense si no debo estar preocupado.

Sobre la discriminación

En más de una oportunidad obtuve material para un post de las «charlas» en el foro de Axxón.

En este caso, derivado de una discusión sobre el tema de O.V.N.I.s (platos voladores, bah), surge una reflexión que desde los primeros párrafos me atrapó.

Quiero compartirlo porque creo que vale no sólo por lo que dice, sino porque lo hace de un modo sencillo, claro, conciso y abiertamente frontal.

Gracias Mirta por permitirme que lo pusiera en mi sitio.

Reflexiones sobre lo distinto

Mirta Cristina Rodríguez

«Ciertamente es en la más temprana edad que nos conectamos con lo distinto

Los largos brazos de mamá cuando nos contiene o nos conduce hasta el sueño al ritmo ancestral de una nana, una canción de cuna repetida desde el tiempo donde la memoria dormita también; las piernas de papá, que testimonian su altura –tan alta ella- cuando nos alza para girarnos en el aire, convirtiéndonos en aspas de un molino imaginario, o cuando nos salva de la ola que se acerca al galope para engullirnos y él con un solo gesto diestro nos eleva por encima de ella y nos hace sentir invencibles, como gigantes en un país de rulos panzones de agua salada.

Primeras aproximaciones a lo distinto que saben bien, que saben a seguridad

Unos pininos más y llega la escuela, las maestras, los compañeritos.

Todo eso tan diferente a casa-cuarto-papá y mamá.

El segundo corte del cordón umbilical es mayormente doloroso, necesita de acercamientos escalonados, de entrenamiento sutil y de una urgencia de creatividad para mamá que debe esconder las lágrimas cuando soltamos las nuestras porque «nos abandona» en ese nuevo reducto para nuestra cotidianeidad.

Jardín de infantes, jardín maternal, preescolar, son los nombres de lo distinto para este tiempo

Hartos de llenarnos de acuarelas los delantales, la ropa debajo y las zapatillas, descubrimos que en los próximos salones que nos verán metidos en algo tan difícil como sumar y restar, desdeñar ceros cuando van a la izquierda, ir dejando el lápiz que era fácil de borrar cuando nos equivocábamos, enlazar letras con sentido, agregar palabras día a día , lo distinto aparece en compañeritos que usan lentes porque no ven bien, que son gorditos y no pueden correr como los demás, que son de piel oscura o pecosos o colorados o blancos tiza, que usan artefactos para caminar o tienen alambres en los dientes.

Aprendemos: lo distinto es discriminado.
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