Día de la Independencia

El 9 de julio de 1816, Argentina declara su Independencia.

El texto aprobado por todos los integrantes del Congreso de Tucumán es el siguiente:

Nos los representantes de las Provincias Unidas en Sud América, reunidos en congreso general, invocando al Eterno que preside el universo, en nombre y por la autoridad de los pueblos que representamos, protextando al Cielo, a las naciones y hombres todos del globo la justicia que regla nuestros votos: declaramos solemnemente a la faz de la tierra, que es voluntad unánime e indubitable de estas Provincias romper los violentos vínculos que los ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojados, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando séptimo, sus sucesores y metrópoli. Quedan en consecuencia de hecho y de derecho con amplio y pleno poder para darse las formas que exija la justicia, e impere el cúmulo de sus actuales circunstancias. Todas y cada una de ellas así lo publican, declaran y ratifican comprometiéndose por nuestro medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad bajo el seguro y garantía de sus vidas haberes y fama. Comuníquese a quienes corresponda para su publicación. Y en obsequio del respeto que se debe a las naciones, detállense en un manifiesto los gravísimos fundamentos impulsivos de esta solemne declaración. Dada en la sala de sesiones, firmada de nuestra mano, sellada con el sello del Congreso y refrendada por nuestros diputados secretarios.


De ahí en más, algunas veces fuimos más o menos independientes. Muchas veces no lo fuimos.

Me vinieron ganas de hacer referencia a nuestro día patrio cuando vi que Google de Argentina hacía su homenaje usando la imagen de La Casa de Tucumán.

Día de la Independencia de Argentina

La definitiva muerte de Fontanarrosa

El «Negro» Roberto Fontanarrosa, a los 62 años, se nos fue.

Comencé a disfrutar de sus trabajos cuando en la década del ´70 publicaba sus chistes en la revista Hortensia. Desde ese momento, fui un fanático suyo.

Historietas, viñetas, cuentos, novelas; ningún género escapó a su pluma genial.

Cuando en 2004 fue uno de los expositores en el Tercer Congreso de la Lengua Española, demostró su toda su capacidad, cuando para la disertación escogió como tema el de «las malas palabras»; llegando al súmmum al explicar la importancia de pronunciar correctamente la palabra «mierda», arrancando risas y aplausos de toda la concurrencia.

Enfermo de esclerosis lateral amiotrófica, fue perdiendo la funcionalidad de su cuerpo, comenzando por su brazo izquierdo (¡menos mal que no era zurdito!), y deteriorándose progresivamente, hasta que, al llegar a enero de este año, anunció que debido a que ya no podía controlar su mano derecha, dejaría de dibujar para aportar el guión únicamente.

A pesar de que lo intentó, la enfermedad pudo más que él. Hoy murió por un paro cardiorrespiratorio.

No hubo tema que no tratara con su ingenio y su humor extraordinario. Política, religión, fútbol (su pasión), e incluso su propia muerte.

Hace muchos años él mismo escribió su propio epitafio:

El día en que yo me muera quedarán mudas las gomas «H»
Pondrán a media asta las Dos Banderas

El día en que dibujó su propia muerte, gozaba de buena salud, pero mal carácter, por lo que fue «tranquilizado» por Boogie el aceitoso con su 44 Magnum de luxe. Más le hubiera valido un pequeño aumento para Don Inodoro…

Ahora ya está.

Ya se fue.

O no.

Podemos apelar a la sentencia final de Boogie: «Los dibujantes pasan, los dibujos quedan».

La historieta, que durante tantos años guardé entre mis tessoross, la pongo aquí para compartirla con todos ustedes.

Primera parte

La primera muerte de Roberto Fontanarrosa - 1

Con click amplía en página nueva.

Segunda parte

La primera muerte de Roberto Fontanarrosa - 2

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Aunque no quiera, se me pianta un lagrimón.

El sitio oficial.
Él en la Wikipedia.

¡Ya deja de ser un chiste!

Ayer me quejaba de que en la historieta de Diógenes y el linyera habían puesto ervida en lugar de hervida.

Hoy, en la misma tira, me encuentro con que siguen mal: pusieron bién.

Explico (a Guinzburg o a Tabaré, a quien corresponda): bien es un monosílabo en donde la i y la e diptongan, por lo que para que se pronuncie acentuando la letra i, debería ir con acento para romper el diptongo. Si el énfasis se pone sobre la e, no es necesario acentuarla.

Ésta es la tira entera
Bien Mal
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Ésta es la ampliación del cuadrito antiortográfico
Ampliación Bien Mal
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Pero ojo, que no es el único dúo que le erra a la hora de escribir:

El dúo Fontanarrosa/Crist, también hoy, hace de lo suyo.

Aunque por el problema físico del Negro Fontanarrosa, creo que la culpa se la podemos achacar a Crist. Además, el Negro dio una charla espectacular en el III Congreso Internacional de la Lengua Española, hablando de la mierda y de lo importante de su pronunciación.

Los argentinos pecamos (o pecábamos) por nuestra vocación por el dequeísmo, ¿ahora pecaremos por el sinqueísmo?

De que
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Que la tercera sea la vencida, ¡por favor!

No sé de qué se trata, pero me opongo…

Cartas de lectores
La Nación
28/06/04

Con el título Correo Argentino, el Sr. Guillermo V. Lascano Quintana eleva una protesta por la «desprivatización» del Correo Argentino.
A continuación, transcribo la carta tal como la publicó el diario. Sigue leyendo