¡Quiero un Segway!

Siempre pensé que era la cosa más inútil y snob (término antiguo si los hay).

¿Quién querría usar una cosa así?

Pero acabo de descubrir que no debo emitir juicios ni opiniones sobre un producto hasta que no lo haya probado.

Fui a la Exposición Industrial de Avellaneda y se me ocurrió preguntar cómo es que funcionan, qué autonomía tienen y cuánto costaban.

Tienen estabilizadores, tienen una autonomía de 30 km. y cuesta el más barato U$S 6.500,=

Y me hicieron la pregunta clave: ¿querés probar?

Acá estoy.

Andando en un Segway

Perdonen que el sponsor tape al Segway, pero no podía sacar la publicidad.

Es una maravilla, es increíble la sensación que provoca el poder desplazarse hacia atrás o adelante con sólo inclinar el cuerpo, que gire moviendo el manillar izquierdo…

Insisto, a pesar de parecer geek, ¡quiero tener uno!

Para verlo en acción, los invito a ver este video:

La definitiva muerte de Fontanarrosa

El «Negro» Roberto Fontanarrosa, a los 62 años, se nos fue.

Comencé a disfrutar de sus trabajos cuando en la década del ´70 publicaba sus chistes en la revista Hortensia. Desde ese momento, fui un fanático suyo.

Historietas, viñetas, cuentos, novelas; ningún género escapó a su pluma genial.

Cuando en 2004 fue uno de los expositores en el Tercer Congreso de la Lengua Española, demostró su toda su capacidad, cuando para la disertación escogió como tema el de «las malas palabras»; llegando al súmmum al explicar la importancia de pronunciar correctamente la palabra «mierda», arrancando risas y aplausos de toda la concurrencia.

Enfermo de esclerosis lateral amiotrófica, fue perdiendo la funcionalidad de su cuerpo, comenzando por su brazo izquierdo (¡menos mal que no era zurdito!), y deteriorándose progresivamente, hasta que, al llegar a enero de este año, anunció que debido a que ya no podía controlar su mano derecha, dejaría de dibujar para aportar el guión únicamente.

A pesar de que lo intentó, la enfermedad pudo más que él. Hoy murió por un paro cardiorrespiratorio.

No hubo tema que no tratara con su ingenio y su humor extraordinario. Política, religión, fútbol (su pasión), e incluso su propia muerte.

Hace muchos años él mismo escribió su propio epitafio:

El día en que yo me muera quedarán mudas las gomas «H»
Pondrán a media asta las Dos Banderas

El día en que dibujó su propia muerte, gozaba de buena salud, pero mal carácter, por lo que fue «tranquilizado» por Boogie el aceitoso con su 44 Magnum de luxe. Más le hubiera valido un pequeño aumento para Don Inodoro…

Ahora ya está.

Ya se fue.

O no.

Podemos apelar a la sentencia final de Boogie: «Los dibujantes pasan, los dibujos quedan».

La historieta, que durante tantos años guardé entre mis tessoross, la pongo aquí para compartirla con todos ustedes.

Primera parte

La primera muerte de Roberto Fontanarrosa - 1

Con click amplía en página nueva.

Segunda parte

La primera muerte de Roberto Fontanarrosa - 2

Con click amplía en página nueva.

Aunque no quiera, se me pianta un lagrimón.

El sitio oficial.
Él en la Wikipedia.

Libros gratis y buena atención

Hace unos días, Luis, que sabe que me gusta «acumular» libros digitales además de los de verdad, me recomendó que visitara una página que a su vez le habían recomendado.

Como ya estoy bastante «quemado» con las páginas que ofrecen libros «a vuelta de correo», no creí que este sitio fuera diferente a los que se ven desbordados por la cantidad de trabajo que representa enviar vía mail libros a todos quienes hacen pedidos y dejan de funcionar.

Me llevé una gratísima sorpresa al comprobar lo rápido que me respondieron, enviándome lo que había pedido, un par de libros de Martin Gardner.

Éso si, permítanme dejarles un par de consejitos:

1.- No hagan como yo, que porque leí que se podían llegar a pedir hasta dos (2) libros por día, no reparé en que decía que se hiciera el pedido de un libro por mail. Si bien me «perdonaron» por ser un novato en el sitio, me sentí en deuda con Carmen – una genia con muy buena onda – y pongo este aviso, para que haya menos personas que se equivoquen como yo.

2.- Si tienen una cuenta de gmail, traten de obtener una de yahoo, que con su mega de espacio, alcanza. Gmail no acepta que nos envíen archivos .RAR o con .EXEs, rebotando los envíos.

No puse hasta ahora la dirección, porque quería que leyeran mis «recomendaciones».

Pasen por la Biblioteca Virtual Brisa y vean qué tienen para ofrecerles, realmente vale la pena.

También mis «muchas gracias» para Myriam, que también aporta su buena onda.