Día de la mujer

Walter Ego: Es el día de la mujer!!!…

Yo: Sí.

W.E.: ¿Y por qué?

Y.O.: Mmmmm. No sé.

W.E..: ¿Es como un día del animal pero para uno aún más inferior?

Y.O.: ¡No seas bestia!

W.E..: ¿Acaso hay un día del hombre?

Y.O.: Nnno.

W.E.: ¿Entonces?

Y.O.: Entonces… ¿qué?

W.E.: …Que tengo razón.

Y.O.: ¡Dejate de decir pavadas! ¿querés?

W.E.: Entonces tendré que demostrártelo con un informe científico…

Y.O.: ¿De qué estudio me estás hablando?

W.E.: De uno que demuestra palmariamente que la mujer es inferior.

Y.O.: ¡Por favor!

W.E.: Fijate. Es IM PER DI BLE:

La mujer es inferior

«Cabellos largos, ideas cortas» (Schopenhauer)

A fuerza de alaridos e incongruencias, miles de revolucionarias reblandecidas se debaten, no sin torpeza, en el estéril intento de demostrar que «la mujer es igual al hombre».
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Chicas peleando

Tengo una escuela primaria a la vuelta de casa; es pequeña y a ella concurren chicos que en su gran mayoría son humildes, de barrios humildes, y se nota por la ropa que usan, por las palabras que emplean y por la «tonadita» y las frases que repiten hasta el cansancio.

Mi hijo Martín va a otra escuela – VER POST -, que queda a unas 10 cuadras (manzanas) de casa. Todas las tardes lo voy a esperar a la parada del colectivo (ómnibus) y me encuentro con los chicos que salen del cole.

Pero lo que vi ayer, me impactó, me dejó impresionado.

Si bien estoy acostumbrado a que algunos chicos se persigan, se empujen o amaguen con una peleíta, o que a veces haya algún golpecito, la pelea de ayer fue diferente a todas las que había visto hasta hoy, y eso que con mis 46 (¡cuántos!) he visto peleas de todo tipo, cerca de casa tenía dos grandes potreros (terrenos baldíos), uno era Casa Amarilla y el otro el predio donde ahora se encuentra el barrio Catalinas Sur. Varias canchas de fútbol, «montañitas» de tierra para trepar y tratar de capturar o defender del «enemigo», vegetación abundante para realizar entretenidas expediciones en busca de lo extraño.
Se imaginan que peleas he visto en varias oportunidades, pero la de ayer quiero compartirla con ustedes, quizás sea «normal» o no. Sigue leyendo