No es animadversión

Lo juro por Dios, pero a su representante en la tierra ya no lo banco más.

En su fracasada visita a Brasil, el acérrimo defensor del dogma de la iglesia católica, sigue con su inquebrantable tarea de alejar a los fieles de la iglesia.

El domingo (ayer) llegó a afirmar que la religión cristiana en América, no fue impuesta, sino que los nativos estaban esperando ansiosamente a Cristo, el Salvador.

O es un ignorante (éso es algo que no creo), o un cínico que no sólo ampara a los sacerdotes pedófilos, sino que busca llegar a las épocas de gloria de Torquemada para eliminar todo intento de cuestionar lo que ël dice.

Si alguien siente que estoy ofendiendo a la Iglesia, puede dejar de leerme. Pero no se olviden que Ratzinger es una persona, que fue elegida por personas. En ningún momento apareció una paloma en el cielo sobre su cabeza ni se escuchó una voz diciendo que él era el representante de Dios en la tierra.

Las personas pueden equivocarse. Las personas pueden tener juicios equivocados. Las personas pueden no ser buenas. Las personas pueden llegar a ser papas.

Siempre es saludable pensar que las cosas se hacen con buenas intenciones… pero el camino del infierno está sembrado de ellas.

Siento en lo más profundo que Ratzinger es una mala persona. Estoy convencido de que todo lo que dice y hace tiene como única finalidad la de imponer «su» dogma; «su» punto de vista y «sus» intereses religiosos/políticos.

Nadie me va a convencer que lo que busca es acercar a la gente al catolicismo, amenazando con excomuniones masivas excepto a «cierta clase» de sacerdotes…

Página 12
20 Minutos

Chicas peleando

Tengo una escuela primaria a la vuelta de casa; es pequeña y a ella concurren chicos que en su gran mayoría son humildes, de barrios humildes, y se nota por la ropa que usan, por las palabras que emplean y por la «tonadita» y las frases que repiten hasta el cansancio.

Mi hijo Martín va a otra escuela – VER POST -, que queda a unas 10 cuadras (manzanas) de casa. Todas las tardes lo voy a esperar a la parada del colectivo (ómnibus) y me encuentro con los chicos que salen del cole.

Pero lo que vi ayer, me impactó, me dejó impresionado.

Si bien estoy acostumbrado a que algunos chicos se persigan, se empujen o amaguen con una peleíta, o que a veces haya algún golpecito, la pelea de ayer fue diferente a todas las que había visto hasta hoy, y eso que con mis 46 (¡cuántos!) he visto peleas de todo tipo, cerca de casa tenía dos grandes potreros (terrenos baldíos), uno era Casa Amarilla y el otro el predio donde ahora se encuentra el barrio Catalinas Sur. Varias canchas de fútbol, «montañitas» de tierra para trepar y tratar de capturar o defender del «enemigo», vegetación abundante para realizar entretenidas expediciones en busca de lo extraño.
Se imaginan que peleas he visto en varias oportunidades, pero la de ayer quiero compartirla con ustedes, quizás sea «normal» o no. Sigue leyendo