Q.E.P.D.

Mónica Carranza.

Algunos, los que la querían y respetaban le decían «la negra».

Hasta hoy, a la hora en que publico este post, buscar sus datos en la Wikipedia es inútil.

A muchos nos parece mentira, pero parece que nadie se acordó -de los que tenían datos sobre ella- de subirla a «la enciclopedia». Supongo que alguien podrá aportar datos a partir de ahora, antes de que su muerte vaya quedando en el olvido.

Si no sabés quién es, su foto tal vez te haga recordar haberla visto alguna vez en la televisión.

Por si necesitás más datos, podría decirte que fue una chica de la calle -hoy se usa la palabra homeless-.

Sufrió como probablemente muchos chicos de la calle.

La violencia, el hambre, la violación, la maternidad adolescente, la desidia y el desinterés de la sociedad, fueron cosas que había sufrido en carne propia.

A pesar de todo, se levantó, rehizo su vida y como eso no le alcanzaba, quiso ayudar a levantar a los que estaban en su misma situación.

Creó un comedor comunitario al que le puso el nombre de «Los Carasucias», donde durante muchos años comieron y recibieron atención no solamente chicos de la calle, sino gente grande con hambre, enfermedades y abandono social, que es lo que siempre ha traído aparejada la pobreza.

Aparentemente su legado seguirá adelante de la mano de sus hijos y de las personas que la acompañaron en su cruzada.

Ojalá algún día pudiera ver que cierran sus puertas los comedores que ella y muchos otros crearon porque no haya a quién darle comida y cobijo.

Pienso en ella y como dice el tango, se me pianta un lagrimón.

Q.E.P.D.

La nota en Clarín.
La nota en La Nación.
La primera de las fotos es de Inforegion.

Votaciones… ¿Elecciones?

Cuando a veces me enojo con las miserias de la política -siempre pienso en la política de la Argentina- siento que quienes están dentro del sistema son no sólo son mezquinos y corruptos, sino que en muchos casos son incompetentes funcionales a los intereses de unos pocos «avivados».

En 3 días más tendré que ir a votar -en mi país el voto es obligatorio- y si bien ya tengo mi voto decidido, me preocupa que el resultado sencillamente termine favoreciendo a los que históricamente nos han arruinado la vida y el país.

Cada uno tiene su idea o ideología y se mantendrá fiel a ella. No está mal. Yo, desde hace un tiempo, me he replanteado quién es cada uno y que dice y hace o quién fue, qué dijo y qué ha hecho.

He decidido que voy a intentar que gane un candidato que desde el principio se mantuvo fiel a lo que dijo. Sin alianzas extrañas con partidos o políticos con diferentes ideologías.

Por si ayuda, les dejo el artículo que este filósofo (era doctor en filosofía) Julián Marías escribió para referirse a las elecciones y qué es lo que realmente se elige al votar.

Muestra una verdad que es aplicable a los políticos de diferentes partes del mundo.

Vale la pena leerlo.

¿Qué se elige?

En época de elecciones, ese rito indispensable de la democracia, se pueden producir ciertas deformaciones que perturban su sentido e inducen a error. La estructura de los partidos políticos, con disciplina más o menos rígida, listas «cerradas y bloqueadas», que limitan la libertad del elector y despersonalizan el resultado, lleva a plantear la cuestión en términos de «triunfo o derrota» de un partido sobre otros. A veces todo se reduce a mera «hostilidad», al afán destructor de un partido, al que se intenta desplazar del poder, o bien impedir su acceso al gobierno. La actitud meramente negativa lleva a total esterilidad al que la practica, y es lo primero que debería tener en cuenta el posible elector. Aparte de este riesgo, que es el más grave, cabe una inquietante dosis de «miopía» en el proceso electoral. Se atiende exclusivamente, o al menos de forma predominante, a los intereses particulares de un grupo, profesión o, en forma extrema, a los locales. Asombra la ceguera para todo lo común y general de todos los nacionalismos, para los que no existe más que una fracción del país, que no muestran el menor interés por el conjunto, dentro del cual va a tener realidad esa fracción, radicalmente «insuficiente». Las consecuencias llegan con frecuencia a lo grotesco.

Un paso más es la preocupación por lo que se suele llamar una «ideología», Sigue leyendo

Los dos lobos

Todas las culturas tienen leyendas. Variadas. Con distintos tipos de mensaje.

Me gustó mucho esta leyenda cherokee:

Un viejo Cherokee estaba hablándole a sus nietos sobre la vida.

Les dijo: «Hay una batalla teniendo lugar en mi interior… es una pelea terrible entre dos lobos.

Un lobo representa el miedo, la ira, la envidia, la pena, el arrepentimiento, la avaricia, la arrogancia, la culpa, el resentimiento, la inferioridad, las mentiras, el falso orgullo, la superioridad y el ego.

El otro lobo es la alegría, la paz, el amor, la esperanza, el compartir, la serenidad, la humildad, la amabilidad, la benevolencia, la amistad, la generosidad, la verdad y la fe.»

Miró a los niños y les dijo: «Esa misma lucha está teniendo lugar en vuestro interior y en el de cualquier persona que viva.»

Los niños se quedaron pensando un momento y uno de los nietos le preguntó al abuelo «¿Y cual de los dos lobos ganará?»

Y el anciano Cherokee respondió: «Ganará el lobo al que más alimentes.»

Lo vi en el sitio de León el africano.

We somos proudly argentinos ¡Yes, Canejo!

Hace ya muchos años, tantos que ya casi nadie lo recuerda, la Argentina declaró su independencia.

No me equivoco al decir que no se recuerda, porque por lo que se ha visto desde entonces hasta hoy, la declaración de independencia, fue meramente declarativa. Siempre fuimos dependientes de uno y quisimos serlo de otro.

Éramos una colonia, escribimos en un papel que dejábamos de serlo, pero nunca lo llevamos a cabo.

Durante la mayor parte de la historia de este país, siempre hicimos lo que alguna potencia nos indicaba.

Si por casualidad dejábamos de interesarle, inmediatamente partían presurosos los emisarios del gobierno a pedir consejo y guía a cambio de nuestro patrimonio y del hambre de nuestra gente.

Así nos fue.

Así nos va. Sigue leyendo

No cortes la cadena

Doy por seguro que si tenés una dirección de correo electrónico, habrás recibido más de una vez – muchas más – mensajes de amigos y/o conocidos que te enviaban un mensaje de amor, paz, felicidad u otra cosa positiva.

También te habrán enviado mensajes que te servían para alcanzar alguna meta – espiritual o material – si observabas ciertas reglas.

Muy probablemente te habrán llegado pedidos de ayuda para gente – la mayoría niños – con poco conocidas, pero graves enfermedades.

Todo este tipo de correspondencia tiene algo en común: en todos los casos te piden que los reenvíes a tus amistades y conocidos. Sigue leyendo