Los dos lobos

Todas las culturas tienen leyendas. Variadas. Con distintos tipos de mensaje.

Me gustó mucho esta leyenda cherokee:

Un viejo Cherokee estaba hablándole a sus nietos sobre la vida.

Les dijo: «Hay una batalla teniendo lugar en mi interior… es una pelea terrible entre dos lobos.

Un lobo representa el miedo, la ira, la envidia, la pena, el arrepentimiento, la avaricia, la arrogancia, la culpa, el resentimiento, la inferioridad, las mentiras, el falso orgullo, la superioridad y el ego.

El otro lobo es la alegría, la paz, el amor, la esperanza, el compartir, la serenidad, la humildad, la amabilidad, la benevolencia, la amistad, la generosidad, la verdad y la fe.»

Miró a los niños y les dijo: «Esa misma lucha está teniendo lugar en vuestro interior y en el de cualquier persona que viva.»

Los niños se quedaron pensando un momento y uno de los nietos le preguntó al abuelo «¿Y cual de los dos lobos ganará?»

Y el anciano Cherokee respondió: «Ganará el lobo al que más alimentes.»

Lo vi en el sitio de León el africano.

¿No sé qué ponerme… o no sé qué me pongo?

Este post va dirigido fundamentalmente a las mujeres.

Este es un aporte de mi amigo Walter Ego. Vean lo que él tiene para decir:

Quisiera imaginarme que ustedes quieren estar siempre hermosas para agradarnos a nosotros, los hombres.

Si bien es posible que quieran verse bien cuando se miran al espejo, la ilusión de que permanentemente buscan nuestra aprobación, es muy grande en mi caso.

Gimnasia, dietas, ropas que resaltan la figura (o algunas zonas), tinturas, accesorios, son los elementos que usan para seducirnos.

Pero hay otro elemento a tener en cuenta: el almanaque.

Ninguna (o casi), quiere verse «mayor».

¿Y qué es lo que hacen para evitarlo?

Usan productos cosméticos para evitar, entre otras cosas, las arrugas, que son el indicador más visible del paso del tiempo.

Los hombres, que por lo general son los dueños y manejan las grandes compañías que se dedican a la cosmetología, saben que ustedes harán cualquier cosa por seguir siendo jóvenes.

Permanentemente salen a la venta carísimas cremas que prometen arreglar esos pequeños detalles que el paso del tiempo va dejando en sus caritas: las arrugas.

Por casualidad, me topé con la publicidad de la crema anti-arrugas REVITALIFT.

Me llamó la atención que tuviera tantas llamadas a pie de página.

Les presté un poco de atención, y me provocó algo así como un «miedito».
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