¡Qué diferentes!

Los japoneses son personas con una identidad muy propia -si es que se me permite esa frase-, que no tiene punto de comparación con ninguna otra cultura.




A nuestro gusto, tienen cosas buenas, malas, insólitas…

Recuerdo haber visto -hace ya mucho tiempo, por lo que no sé si se sigue usando- que en ciertas esquinas de Tokio había paragüeros para que la gente los usara para cruzar la calle, devolviéndolos en el paragüero de la vereda de enfrente.

A nadie se le ocurría «olvidarse» de devolverlo. Por algo eran japoneses…

Ya he hablado de este tema hace casi 4 años en un post que se titulaba Devolviendo…

De todas maneras, me he sorprendido al enterarme que en algunas estaciones de tren de la ciudad de Tokio hay libreros -estanterías- con libros gratis para que la gente elija uno antes de subir al tren, leer durante el viaje y devolverlo al bajar en la estación de destino.

Estantes de libros gratis en Tokio

Estantes de libros gratis en Tokio

Debo admitir que en ese tipo de cosas, les tengo mucha envidia.




La noticia la saqué de Un geek en Japón by Héctor García.

Las fotos las saqué de A week in Tokyo 18

Y de Q-TARO.COM » Magome.

Cocido con su propia receta

El Fondo Monetario Internacional, que tantas veces ha asesorado a la Argentina en materia económica y que la llevó a la bancarrota (léase default), está al borde de la quiebra.

Siguiendo sus propias recetas económicas, la institución va camino al desastre, pero fiel a sus principios o a su propia ignorancia en la materia, decide seguir utilizando los mismos medios que arruinaron la economía de un montón de países en todo el mundo (subdesarrollado).

¡Éso es coherencia!… o como dije antes, ignorancia.

Si quieren leer la noticia que salió en Página 12

Tiene dos globos, y va a ver el globo terráqueo

En realidad, la noticia aparecida en el diario Infobae parece ser una broma. NOTA: Ya fue eliminada.

Quizás la argentina Sabrina Sabrok haya sido víctima de un gracioso que la convenció de que la N.A.S.A. la quiere «poner en órbita», (y que cada uno entienda la frase como quiera).

En caso de ser cierto, ¿para qué serviría esta muchacha con tetas de dos kilos cada una? Sigue leyendo