El buen sentido, según Descartes

Transcribo aquí las palabras iniciales de El Discurso del Método. Seguramente lo terminarás de leer con una sonrisa y estarás de acuerdo con él. Tuvo tanto sentido común como vos. 😉

El buen sentido es la cosa mejor repartida del mundo, pues cada uno piensa estar tan bien provisto de él que aun aquellos que son más difíciles de contentar en todo lo demás, no acostumbran a desear más del que tienen. En lo cual no es verosímil que todos se engañen, sino que más bien atestigua ello que el poder de bien juzgar y de distinguir lo verdadero de lo falso, que es propiamente lo que se llama el buen sentido o la razón, es naturalmente igual en todos los hombres; y asimismo, que la diversidad de nuestras opiniones no proviene de que unos sean más razonables que otros, sino solamente de que conducimos nuestros pensamientos por distintas vías y no consideramos las mismas cosas. Pues no basta con tener la mente bien dispuesta, sino que lo principal es aplicarla bien. Las más grandes almas son capaces de los mayores vicios tanto como de las mayores virtudes, y los que no caminan sino muy lentamente pueden avanzar mucho más, si siguen siempre el camino recto, que los que corren apartándose de él.

René Descartes (La Haya, 1596 – Estocolmo, 1650)

Que la inocencia te valga

No sé si en el resto del mundo se celebra el día de los santos inocentes el 28 de diciembre. Aquí sí.

Es un día en el que hay que estar alerta, porque pueden hacernos bromas, dándonos noticias que nos «afecten» especialmente, como: «acaban de confirmar un aumento de sueldo para todos», o «te acordás de fulanita?, acabo de enterarme que está perdidamente enamorada de vos», o ¿te enteraste lo que le pasó a menganito?, lo acaba de atropellar un camión y parece que queda cuadripléjico».

Al momento de «caer» en la broma, nos arrojan la frase: ¡Que la inocencia te valga!, y todos rien, a veces las víctimas también.

Lo que les quiero contar, sucedió un mes y medio atrás.
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