¿No será mucho, 21?

Carlos Gardel, cantaba el tango Volver, y allí se escuchaba la estrofa: … que 20 años no es nada…

Está bien. Puede ser que estando 20 años fuera de la patria, al retornar, se sienta como que no es nada.

Para un condenado a 20 años de prisión (efectiva, sin excarcelación), debe ser muchísimo.

Pero para un condenado que lleva 21 años preso, que no tiene (aparentemente) posibilidad de fugarse, que la única posibilidad que le queda es la muerte (puede no ser la propia), es una verdadera eternidad.

Hoy hace 21 años me sentenciaron con un «hasta que la muerte los separe»

Comparto el sentimiento de Roberto Fontanarrosa.
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Un fallo acertado

Aunque sea cada tanto, hay una buena noticia.

Clarín
La nación
Página 12

Ojalá sirva como precedente no sólo para los jueces de Argentina, sino para la de todos los países que tienen indultados, amnistiados o inmunizados.

Si la justicia no es verdaderamente ciega y sorda, los que detenten poder, «la van a convencer» de que las leyes no fueron creadas para ellos.

La justicia debe ser aplicable a todos sin diferenciar a nadie.

Espero que (en todo el mundo) los que por cuestiones «políticas» hayan sido indultados, amnistiados o que hayan recibido inmunidad, puedan ser verdaderamente juzgados por los crímenes que cometan.

Es una agradable sensación la de saber que los «poderosos» podrían ser juzgados.

De todas maneras, estas cosas deben ser tomadas con pinzas, ya que depende, en última instancia, de los jueces el dictar sentencia.

Me encantaría poder tener fe en las instituciones.