2015 – Festejando el 25 de Mayo

Con la excusa de sacar fotos, Tere, mi esposa y yo fuimos hasta la Plaza de Mayo a participar de los festejos por el 205 Aniversario de la Independencia.

Ya en 1973 había participado de la fiesta popular en la vuelta a la democracia, después de 18 años de dictadura cuando miles nos juntamos en la Plaza de Mayo a ver y escuchar al nuevo presidente: Héctor José Cámpora.

Con el tiempo y por diferentes motivos, he concurrido a diferentes marchas, muchas de protesta contra el neoliberalismo, por lo que se podría decir que ya estaba acostumbrado al espectáculo de ver a la gente reunida .

Pero no.

Este país tuvo en muchas oportunidades manifestaciones de apoyo a diferentes presidentes: La Plaza de Mayo con Perón, con el famoso “Aluvión Animal”, la Av. 9 de Julio con cientos de miles en cada oportunidad para apoyar a Raúl Ricardo Alfonsín y a Ítalo Argentino Luder como candidatos a presidente, el Cabildo de Alfonsín, y muchas otras oportunidades más.

Uno piensa que tanta gente unida por un fin loable, apoyando una política a favor del país, con mayorías que otorgaban la victoria a sus candidatos y que querían ver cómo la Argentina volvía a ser un gran país, fueron de una u otra manera traicionados.

La derecha, la ultraderecha, los que tenían intereses muy particulares y a los que el país sólo les servía para obtener más poder hicieron todo lo posible por evitar que la Argentina fuera para todos. Tenía que ser sólo para ellos y quienes los apoyaban desde afuera.

Por eso, el festejo tan criticado (previamente) por el Bicentenario de la Independencia y esta plaza del festejo del aniversario 205 me emocionó.

La alegría de ver a tanta gente festejando y apoyando me emociona y me trae el recuerdo de anteriores marchas atrás.

Espero fervientemente que no retrocedamos, que sigamos avanzando para estar cada día mejor, tener más y poder más.

Y pensar que hace unos cuantos años yo desconfiaba de las políticas de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández.

Tal vez en otra oportunidad cuente cuándo empecé a cambiar de opinión.

Ahora quisiera compartir algunas de las fotos que saqué y que me llenan de orgullo de ser argentino.

Columna de La CamporaEn la intersección entre Av. de Mayo y la 9 de Julio saqué esta foto de una columna de La Cámpora.

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Cómo cantar el Himno Argentino en la cancha

Escribo esto cuando falta muy poco para que juguemos con la selección de Alemania la final de la copa del mundo en Brasil.

Hacía muchísimo que no llegábamos a esta instancia; creo que -salvo algunas excepciones- todos estamos conformes con lo que se consiguió hasta ahora.

Claro que todos soñamos con dar nuestra tercera vuelta olímpica en el Maracaná, pero sea cual sea el resultado, es muy probable que en Argentina se festeje igual.

Escuché en estos días a dos o tres personas que se lamentaban de que no cantemos el himno en la cancha…

Me imagino que todo esto lo habrá iniciado la nota que Diario Popular le hizo al Tata Brown, en donde se queja de que el himno no se canta, se tararea, y cito lo que dijo: «Estoy re caliente porque tararean el himno en lugar de cantarlo» y “Ahora resulta que en la Argentina tenemos que enseñarles a nuestros hijos y a nuestros nietos que el himno se tararea, no se canta más»

Tal vez lo que habría que enseñar, es que el himno sí se canta, y que nunca se dejó de cantarlo.

De lo que Brown tal vez no se dio cuenta, es que desde hace bastante tiempo, en el exterior solamente pasan la introducción de nuestro Himno Nacional.

Lo que se escucha en las canchas, es la parte que no tiene letra.

Y la hinchada, no va a dejar de enorgullecerse de él.

No nos ponen la letra, no importa, tarareamos la intro, que suene como un himno y en la parte final de esa introducción, como un himno de guerra, incluyendo saltitos y la mano que se agita por sobre la cabeza.

Escuchar cantar el himno en la cancha, que miles de personas lo entonen con tantas ganas, hace que el corazón se me estruje, y no exagero. Creo que esta es la mejor versión que uno puede escuchar.

¡Con qué ganas se canta, alentando al equipo y al mismo tiempo sintiéndose orgulloso!

En este mundial, he visto que cuando filman a la tribuna, hay gente que está realmente emocionada. Es más, en una de las tantas cámaras «tribuneras», le preguntan a un argentino que está llorando después de cantarlo y la respuesta fué más o menos algo así: «… qué querés que te diga, esto me emociona…»

No sé cuándo exactamente empezamos (aramos dijo el mosquito) a cantarlo de esta manera. Acá les dejo una versión del audio de la hinchada argentina en el mundial de Alemania en el 2006.

Así lo cantó la hinchada cuando jugamos contra Irán:

¿Alguien puede decir que acá no se sintió el orgullo y la sangre corriendo por las venas como pide el Tata?

Pero esto no es todo.

Como nuestro himno es largo, cuando se lo extiende, y luego de la introducción ponen el final, la hinchada lo canta, no lo tararea y además pone mucho énfasis el la frase: «…O juremos con gloria morir…»

Y con esto basta, que de tanto escuchar a la hinchada, se me está haciendo un nudo en la garganta.

¡VAMOS ARGENTINA, CARAJO!

¡Fui atacado por un elefante!

… Y sobreviví.

¡¡¡Y no sólo una vez, sino dos!!!

Lo más increíble fue que los ataques se produjeron con 5 años de separación.

El primero ocurrió en el 2009 y el segundo en 2014.

Y si aún no les parece lo suficientemente extraordinario, ambos ataques fueron hechos por el mismo animal.

En ambos casos, la agresión se produjo sin que mediara provocación alguna de mi parte.

Sé que los elefentes son animales que pueden reaccionar con violencia ante lo que en ese momento consideren una situación de peligro potencial o de invasión al espacio que consideran suyo.

Les puedo asegurar que en ninguno de estos casos invadí su territorio.

Si quieren comprobar lo que digo, les muestro las dos filmaciones del primer ataque, del que fui víctima en el 2009.

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Verificar que las ofertas realmente lo sean

Dio la casualidad de que hoy a la mañana estuviera viendo algo de TV y vi la publicidad de esas empresas de venta telefónica, donde -sin decir el precio- ofrecían una limpiadora a vapor como oferta únicamente para Argentina, Uruguay y Paraguay.

Por la tarde, al abrir el correo y ver las ofertas de las ventas por cupones, me encuentro que una de las empresas vendía la misma limpiadora a y se me ocurrió que tal vez tengan un stock invendible de equipos y por eso no sólo insisten en la televisión, sino que además lo ofrecen a la venta por cupones.

Eliminé el mensaje, sigo con el correo siguiente, que también era de venta por cupones, y vei que ofrecen el mismo aparato pero el precio por algún motivo me llamó la atención.

Busqué en la papelera del correo la oferta anterior y veo que no sólo difiere la empresa que lo vende, sino que el precio era casi un 50% más caro.

La cosa no termina ahí. La que lo ofrece más barato, indica un precio original de $3.000,=.

La que lo vende más caro indica que el precio era $2.499,=.

La primera dice venderlo a una tercera parte de su valor, con un descuento del 66% y la segunda ofrece un 41% de rebaja.

No sabiendo a qué número llamar para preguntar el precio de la venta televisiva, me conformo con los datos que tengo como para tener en cuenta mi próxima compra por cupones: ver en otras empresas si no venden el mismo producto o servicio más barato.

Vean las fotos, son de las ofertas del 31/12/2013.

La segunda foto de cada oferta es la misma, por lo tanto el producto también lo es.

Cuponica 01
Click en la foto la amplía y minimiza.

Cuponica 02
Click en la foto la amplía y minimiza.

Big Deal 01
Click en la foto la amplía y minimiza.

Big Deal 02
Click en la foto la amplía y minimiza.

Actualización del 05/01/2014

Acabo de ver la publicidad en la televisión y pude comprobar 2 cosas:

La oferta la hacían -en tandas publicitarias separadas- dos empresas diferentes. Al buscar sus direcciones en internet, veo que una de ellas tiene una lista de a quiíen llamar en cada país y resultó que lo que indicaba para Argentina era la empresa que lo había ofrecido en la tanda anterior, Sprayette.

Me comuniqué telefónicamente y me informaron que no tenían en stoc, y luego del correspondiente speech vendedor, que por suerte fue breve, me informa que tiene un costo de $250,= mensuales en 12 cuotas. Sobre el final, reitera el costo pero le agrega que quizás pudiera ser de $255,= más o menos.

Me alegra haber podido cerrar el post con toda la data que correspondía.

Actualización del 06/01/2014

Cuando pensaba que todo había terminado, me encuentro en mi correo una nueva oferta por la misma limpieadora y por supuesto, a otro precio:

agrupate 01
Click en la foto la amplía y minimiza.

agrupate 02
Click en la foto la amplía y minimiza.

Espero que este sea el cierre definitivo del post.

En realidad, nadie es perfecto

La empresa Pro Infirms, la más antigua organización suiza de ayuda para gente discapacitada decidió sacar este año un film titulado “Because who is perfect? Get closer” Porque ¿quién es perfecto? Acércate más.

La idea era recrear en maniquíes la figura de personas con malformaciones o mutilaciones para reemplazar a los maniquíes «perfectos» de vidrieras de casas de moda.

Lo que más destaco, es la alegría que tenían estas personas de participar de la construcción de un modelo con su figura y la satisfacción de poder verse en el trabajo terminado.

Por supuesto, la respuesta de quienes pasan delante de estas vidrieras es de lo más variado; quizás muchos no hayan entendido de qué se trataba, pero mientras eso genere conciencia de que no todos son como los esteriotipos mandan, puede ayudar a la no discriminación.

En 2011 esta misma organización hizo un video con un hombre llamado Fabian que refería que es común que la gente no quiera sentarse junto a él en el transporte público, disfrazado de oso, en una esquina que ofrecía abrazos a los que pasaban.

Hasta podríamos especular con que alguno de los que lo abrazaba con tanta alegría y goce fuera de los que lo evitaban como compañero de asiento.

Les dejo el video.

Esta es una nota -en inglés- sobre el video y que al final tiene también el video de Fabian llamado «Get closer», Acércate más que vale la pena mirar.