¡BASTA de Basta!

Estoy hasta la coronilla, harto, cansado, hinchado, etc., etc., etc. de las cadenas que piden basta.

Basta de bastas por el basta mismo.

Hace ya muuuuuuchos años, en los 70´s, las cadenas representaban más trabajo o gasto para quienes decidían participar de una.

Cuando recibías un escrito que te parecía divertido, podías reenviarlo, pero te quedabas sin él; podías fotocopiarlo, pero tenías que pagar la fotocopia; otra opción era buscarte una máquina de escribir y retipiarlo -sin errorres- para pasárselo a un conocido; en última instancia, podías cargar con el papel todo el tiempo y leérselo o mostrárselo a otros.

No era tan fácil como lo es ahora

Recuerdo que no mucho antes del golpe militar del ´76, circuló una cadena referida a la consigna «Argentina potencia» que había lanzado el gobierno, en el que se satirizaba a los argentinos mostrándolos como no trabajadores, descontando de los 24 millones de habitantes a millones de empleados públicos, sindicalistas, conductores de TV y otros, catalogados como que no trabajaban, dando como resultado final que sólo quedaban 2 personas para trabajar: «Ud. y yo».

Terminaba diciendo que harto de laburar para mantener a tantos vagos, iba a dejar de hacerlo, así que toda la responsabilidad de llegar a la Argentina potencia dependía de uno, que tendría que seguir trabajando para alcanzar el objetivo.

Recuerdo (estoy apelando a mi memoria exclusivamente) que la deuda externa del país era al comienzo de la democracia setentista de 6.000 millones de dólares, que al final del gobierno, cuando los militares dieron el golpe de estado, era de 7.000 millones, que era el incremento producido por los intereses en su gran mayoría.

Los medios de comunicación, recuerden que no había internet ni PPSs, saturaban el aire con gran cantidad de chistes sobre inoperancia del gobierno o noticias sobre la imposibilidad de seguir con el rumbo que se tenía.

Vino el golpe.

Nuestro peso pasó a valer ¡4 veces más que el dólar! Sigue leyendo

The Happening: ¿Podría ser posible?

En la película The Happening, las plantas liberan una neurotoxina que induce a los seres humanos a suicidarse.

El motivo sería que el mecanismo de defensa de los vegetales los induciría a tratar de eliminar a quienes sienten que son sus potenciales enemigos, y así evitar que los destruyan.

La película no fue buena. La historia que podría ser interesante, se muestra floja y con resoluciones traidas de los pelos.

Hasta el momento no existían pruebas de que algo así pudiera ser cierto. No había registro alguno de plantas emitiendo compuestos químicos a la atmósfera en respuesta a ataques.

Según un informe de The University Corporation for Atmospheric Research (UCAR) fechado el 18 de setiembre, las plantas emiten compuestos químicos a la atmosfera en respuesta a estímulos, quizás como medio de comuicación para plantas vecinas, previniéndolas de algún peligro.

Lo que detectó este estudio es que habían emitido silicato de metilo, un compuesto comparable a la aspirina que nosotros tomamos.

Recuerdo haber visto algunos viejos documentales en los que se estudiaba la capacidad de ciertas plantas de saber en qué momento arrojaban camarones vivos al agua hirviendo, como para demostrar que ellas tenían capacidades paranormales.

He visto, creo que en Discovery Channel un documental en el que científicos ponían pequeños y altamente sensibles micrófonos a ciertas plantas y detectaban que éstas producian un sonido que atraía a determinados insectos que las defendían de los ataques de los que querían devorarlas.

No sé hasta qué punto pueden afectarnos más allá de alguna alergia estacional, pero por las dudas, mejor empecemos a hacer como hacía mi abuela: hablémosle a las plantas, mimémoslas, porque nunca se sabe…

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