Probando videos con la Canon Power Shot SX60 hs

En la localidad de Merlo, en la provincia de San Luis, Argentina, se encuentra la reserva florofaunística de esa ciudad.

Cartel entrada Reseva Florofaunistica de Merlo

Es un lugar maravilloso para pasar el día contemplando la naturaleza, viendo como Isolina, su guardaparque le da de comer a un águila salveje que baja rauda a llevarse un trozo de carne puesta diariamente allí para ella y para disfrute de los visitantes, o tal vez a los zorros que al oir su voz se acercan, con los recaudos propios de un animal salvaje a recibir también su parte de comida.

La naturaleza está allí para ser disfrutada por los visitantes, con animales que si bien mantienen su distancia, no le temen tanto al hombre y permiten ser observados, fotografiados y filmados.

Los animales suelen tener su propio territorio, y los recorren siempre por los mismos caminos y las pausas las hacen en determinados lugares, que una vez localizados, permiten esperar a que aparezcan y posen allí para nosotros.

Luego de estar disfrutando y por supuesto fogografiando la fauna en una elevación junto a un arroyo que corría entre las rocas, pude observar un colibrí que hacia su recorrido por su territorio, usando siempre los mismos árboles para detenerse un momento.

En cuanto lo escuchaba cantar, sabía que se acercaba y que tendría la oportunidad de fotografiarlo.
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Un post emotivo para cerrar el año

No sé en qué fecha ocurrió.

No sé en qué ciudad fue filmado.

No sé qué habrá sido del amo y su mascota.

No sé si decir «amo y mascota» o simplemente DOS AMIGOS.

Ocurrió en Brasil. Un hombre en situación de calle (eufemismo para mencionar a un indigente) tuvo un ataque epiléptico.

Una ambulancia se hizo presente para tratarlo y decidieron llevarlo a un hospital para poder atenderlo como corresponde.

El copiloto, imagino que enfermero o médico, graba al perro del accidentado corriendo junto a la ambulancia, porque no quería separarse de su amigo.

Luego de los comentarios de sorpresa y de algunas risas provocadas por la extraordinaria devoción del perro, deciden detener el vehículo para dejar que pudiera subirse junto al humano con el que compartía su vida.

Al llegar al hospital, dejan la camilla en un pasillo, supongo que esperando que un médico lo atendiera, y el perro, simpre interesado en su humano, se sienta en el suelo, para esperar que todo volviera «a la normalidad».

La historia queda inconclusa.

Ni el diario La Nación ni el Daily Mail, que origina la nota aclaran qué sucedió después.

Esperemos que ambos pudieran retomar su vida juntos. Lo ideal sería que no fuera viviendo en la calle, pero esa parte me parece más difícil.

Lo importante es reconocer que un perro puede tener sentimientos (no quiero discutir de qué tipo ni nada), que quienes atendieron a la víctima entendieron que quizás no existiía mejor opción que permitir que el hombre y su perro siguieran juntos.

A veces cosas que para muchos son nimias, pueden ser parte de un comportamiento maravilloso.

Los 4, el perro y los tres paramédicos, el que manejaba, el que filmó y el que lo recibe en la unidad, simplemente actuaron bien.

Pensar que a veces ver que se actúa bien parece tan raro…

El video en YouTube.

Cómo cantar el Himno Argentino en la cancha

Escribo esto cuando falta muy poco para que juguemos con la selección de Alemania la final de la copa del mundo en Brasil.

Hacía muchísimo que no llegábamos a esta instancia; creo que -salvo algunas excepciones- todos estamos conformes con lo que se consiguió hasta ahora.

Claro que todos soñamos con dar nuestra tercera vuelta olímpica en el Maracaná, pero sea cual sea el resultado, es muy probable que en Argentina se festeje igual.

Escuché en estos días a dos o tres personas que se lamentaban de que no cantemos el himno en la cancha…

Me imagino que todo esto lo habrá iniciado la nota que Diario Popular le hizo al Tata Brown, en donde se queja de que el himno no se canta, se tararea, y cito lo que dijo: «Estoy re caliente porque tararean el himno en lugar de cantarlo» y “Ahora resulta que en la Argentina tenemos que enseñarles a nuestros hijos y a nuestros nietos que el himno se tararea, no se canta más»

Tal vez lo que habría que enseñar, es que el himno sí se canta, y que nunca se dejó de cantarlo.

De lo que Brown tal vez no se dio cuenta, es que desde hace bastante tiempo, en el exterior solamente pasan la introducción de nuestro Himno Nacional.

Lo que se escucha en las canchas, es la parte que no tiene letra.

Y la hinchada, no va a dejar de enorgullecerse de él.

No nos ponen la letra, no importa, tarareamos la intro, que suene como un himno y en la parte final de esa introducción, como un himno de guerra, incluyendo saltitos y la mano que se agita por sobre la cabeza.

Escuchar cantar el himno en la cancha, que miles de personas lo entonen con tantas ganas, hace que el corazón se me estruje, y no exagero. Creo que esta es la mejor versión que uno puede escuchar.

¡Con qué ganas se canta, alentando al equipo y al mismo tiempo sintiéndose orgulloso!

En este mundial, he visto que cuando filman a la tribuna, hay gente que está realmente emocionada. Es más, en una de las tantas cámaras «tribuneras», le preguntan a un argentino que está llorando después de cantarlo y la respuesta fué más o menos algo así: «… qué querés que te diga, esto me emociona…»

No sé cuándo exactamente empezamos (aramos dijo el mosquito) a cantarlo de esta manera. Acá les dejo una versión del audio de la hinchada argentina en el mundial de Alemania en el 2006.

Así lo cantó la hinchada cuando jugamos contra Irán:

¿Alguien puede decir que acá no se sintió el orgullo y la sangre corriendo por las venas como pide el Tata?

Pero esto no es todo.

Como nuestro himno es largo, cuando se lo extiende, y luego de la introducción ponen el final, la hinchada lo canta, no lo tararea y además pone mucho énfasis el la frase: «…O juremos con gloria morir…»

Y con esto basta, que de tanto escuchar a la hinchada, se me está haciendo un nudo en la garganta.

¡VAMOS ARGENTINA, CARAJO!

¡Fui atacado por un elefante!

… Y sobreviví.

¡¡¡Y no sólo una vez, sino dos!!!

Lo más increíble fue que los ataques se produjeron con 5 años de separación.

El primero ocurrió en el 2009 y el segundo en 2014.

Y si aún no les parece lo suficientemente extraordinario, ambos ataques fueron hechos por el mismo animal.

En ambos casos, la agresión se produjo sin que mediara provocación alguna de mi parte.

Sé que los elefentes son animales que pueden reaccionar con violencia ante lo que en ese momento consideren una situación de peligro potencial o de invasión al espacio que consideran suyo.

Les puedo asegurar que en ninguno de estos casos invadí su territorio.

Si quieren comprobar lo que digo, les muestro las dos filmaciones del primer ataque, del que fui víctima en el 2009.

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Ecce Homo en la feria de San Telmo en Buenos Aires

Cada vez estoy más convencido de que en materia de arte no existen límites.

También creo que en materia de artistas, podemos afirmar que estos no tienen techo.

Pero más allá de lo lo que cada uno de nosotros pueda «creer» respecto a este tema, hay algo indiscutible:

Están los «artistas» que crean «arte» para poder comer, y algunos, gracias a su trabajo comem muy bien.

Toda esta introducción viene a colación de lo que el 15/12/2013 encontré en una galería de la calle Defensa en el día en que la feria de San Telmo de Buenos Aires habilita la calle para puestos de artesanos y vendedores de antiguedades expandiendo lo que antes se limitaba a la Plaza Dorrego, convirtiendo el barrio en un polo de atracción de turistas de distintas partes de Argentina y el resto del mundo, aunque muchos vecinos de Buenos Aires ocasionalmente hagan un recorrido por el barrio un domingo.

Y aunque parezca increíble, esto es lo que enonctré: Sigue leyendo