Lo injustificable…

Voy a ser simplista.
Esto lo están leyendo 2 clases de personas:
Los que van a interesarse por lo que aquí se plantea y los que no.
Los que se interesan, quizás, si no les parece muy extenso, terminen de leerlo, compartan en todo o en parte lo que expongo, y los que al ver el tema, abandonen la página espantados, desinteresados o furiosos, pudiendo haber combinaciones de esos estados de ánimo.


Ubicación:
Dirección Nacional de los Registros Nacionales de la Propiedad del Automotor y de Créditos Prendarios.
Este año, Cynthia, Emilce, Florencia, Mariela y Verónica con Lisandro en el diseño de los carteles y la edición del video que se proyectó y que era una línea temporal sobre mujeres y sus derechos en la Argentina organizaron una serie de charlas-debate sobre la mujer. Todos trabajan en la Oficina de Personal –perdón si no digo Recursos Humanos, porque ese nombre me remite a Galeano y esa oficina no lo merece-. El 8M.
Emilce y Florencia mostraron 3 videos cortos, donde la idea era abordar la temática desde diferentes perspectivas, por lo que el primero consistió en la introducción de un documental sobre el movimiento feminista en los años ’70 en Estados Unidos, el segundo mostraba a mujeres españolas reflexionando sobre el lenguaje y el tercero, sobre la esterilización forzada a las mujeres peruanas en la década del ’90.

Charlas y videos muy interesantes. Mucha gente se vio gratamente sorprendida con puntos de vista y realidades que estaban muy lejos de los que tenían.
En el pasillo que lleva al Auditorio colocaron los carteles con la imagen de mujeres que destacaron a nivel mundial con un resumen de lo que hicieron para merecer ese reconocimiento.
Recomiendo ver bien qué hizo cada una para entender por qué estaban en esta lista.
-Todos los links llevan a la Wikipedia.-
Juana Azurduy
Cora Coralina
Marie Curie
Simone de Beauvier
Estela de Carlotto
Rigoberta Menchú
Ana Mendieta
Hermanas Mirabal
Autumn Peltier (en inglés)
Nina Simone
Virginia Woolf
Malala Yousafzai

Hasta aquí una reseña breve del 3M de este organismo.
Lamentablemente no todo fue homenaje, información e intercambio de ideas.

Un día, la foto de Estela de Carlotto apareció así:

No podía dar crédito a lo que estaba viendo.
¿Qué podía justificar un hecho de este tipo?
No podía creer lo que estaba viendo.
Fui hasta mi oficina y era imposible concentrarme en nada.
No podía hacer hada, ni abrir el correo para contestar o hacer algo.
Sabía que tenía que descargar todo lo que estaba pasando por mi cabeza, por lo que me puse a escribir.

Salió esto:

Mensaje a quien destruyó la foto

«No sé qué pudo moverte a hacerlo.
Creo que no me interesa saberlo.
Me inclino a pensar que lo hiciste por tener una gran confusión.
Seguramente si un “chorro” te “afana” pedirás como mínimo que vaya en cana.
De la misma manera, si matan a un familiar tuyo muy cercano -como mínimo- pedirás que se pudra en la cárcel.
Seguramente no vas a tomar la justicia en tus manos, o lo que creas que es “tu” justicia, de la misma manera que hiciste con ella.
A Estela le “desaparecieron” una hija. Y no voy a hablar de ella (su hija) porque pueden haber opiniones que sean opuestas y no llevan a nada en esta nota.
Pero… ¿Un bebé es culpable de algo? ¿Existe alguna justificación para “robarlo”?
NO.
Y eso no es algo que pueda discutirse, salvo que tus valores carezcan de valor.
Ella buscó al bebé robado con la misma intensidad que a los otros que aparecieron como el de ella y a los que aún están “desaparecidos”.
Pero no pidió para esos criminales más que justicia.

Que las leyes se aplicaran de acuerdo a los delitos cometidos.
Esto lo leí una vez:
“Si no te interesa lo que hicieron con un desaparecido, no tenemos diferencias políticas. Tenemos diferencias morales, éticas y humanas.”
Tal vez no estaría mal que reconsideres por qué lo hiciste.
«

Pegué el cartel con cinta ancha transparente junto a la foto y estuvo allí por un par de días.
Una mañana al entrar, veo que personas de mantenimiento están retirándolo de la pared.
Debo reconocer que me enfurecí.
Discutí con el responsable que estaba allí en ese momento dando la indicación de que se retirara y la respuesta fue que la pared está recién pintada y esa “pegatina” la estropea.
Pegué la nota que ya había recuperado -usando la cinta que aún estaba usable- sobre el borde inferior del cartel y exigiendo que no se lo retirara.
Cómo debería estar yo para que eso sí se respetara y no lo retiraran.
Poco tiempo después, las chicas (las organizadoras) decidieron retirar los carteles y colocarlos en su oficina y la gente del sindicato de ATE sugirió hacer un homenaje a

Estela de Carlotto como desagravio en un cartel que ya no iba a estar pegado, sino amurado frente a la Oficina de Personal y que fue colocado en un sencillo acto.

Cuando estaba buscando algo de información para escribir esto, me entero que el cartel de Juana Azurduy había sido arrancado y desaparecido y que ese había sido el motivo por el que los demás fueran reubicados en un sitio seguro.
No creo en las casualidades.
Los motivos están más que claros y si no los han visto hasta ahora, vean lo que dice la Wikipedia sobre estas dos mujeres. Hay evidentemente un hilo conductor.
¿Cómo llegamos a esto…?
Pues haciendo algo que no es nuevo, sino que viene de mucho, mucho tiempo atrás.
Haciendo despertar algunos de los más primitivos y arraigados sentimientos del hombre: Egoísmo y Odio.
Les cuento mi experiencia en este tema:
Cuando yo nací, ya había televisión en casa.
Luego de que terminara la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos inundó todo el planeta con documentales sobre esta guerra.
En todos los países –por lo menos en los que no estaban bajo un régimen comunista- mostraban a los “americanos” que eran los buenos y a los alemanes que eran los malos y cómo los primeros consiguieron derrotar a los segundos.
Alguno de estos documentales mostraban cómo mediante la propaganda, el nazismo inculcó la idea de que los judíos eran el mal. Eran los responsables de que al país le fuera mal y que los verdaderos alemanes sufrieran por ello.
Y esa propaganda funcionó. Y muy bien.
Millones de judíos de todas las edades fueron “reubicados” en un lugar en donde no pudieran provocar más daño y sufrimiento a la gente.
Eran campos de concentración y exterminio, y aunque muchos de los “buenos alemanes” se hubieran enterado de que esos campos existían, ya estaban convencidos de lo malos que eran esos judíos y sin importar si habían sido vecinos y amigos de esta gente, ahora ya no lo eran y estaban de acuerdo con lo que les habían dicho de que eso era lo que merecían.
Por supuesto no fue así con todos los alemanes no judíos. Algunos pudieron hacer algo, entre otros Oskar Schindler y los que albergaron a Ana Frank y su familia. Otros no podían o no sabían cómo hacerlo y debieron ser testigos de la injusticia.
Cada vez que un gobierno o un grupo de poder necesitó para sus fines non sanctos alinear a la población para que esta los apoyara o que al menos no los criticara utilizó la idea del enemigo en común.
Estados Unidos tuvieron a su senador Joseph McCarty que era el personaje más visible del gobierno que fomentaba el “odio a los rojos” y a los homosexuales. Luego fue el “peligro amarillo”. Hoy son los musulmanes.
Como se puede ver, son generalidades étnicas, políticas o de clase.
Es la idea de convertir a una gran masa de gente en “los otros”, “los malos”, “los feos”.
Siempre va a haber mucha gente que quiera estar del lado de “los buenos”, de los que “sí lo merecen”, de los que “se esfuerzan” y terminarán odiando a “los malos”, los que “no lo merecen” o a los que “no se esfuerzan”.
Aquí, en Argentina hemos recibido el “tratamiento de alineación” desde hace mucho tiempo.
Es más, han podido convencer a mucha gente que estaban del lado de “los mejores”, los “más aptos” los “verdaderos argentinos” y que merecían lo mismo que tenían los “poderosos” de este país.
Se convirtieron en odiadores.
No pueden ver que no son lo que creen ser, que no están en la pirámide en el mismo lugar de los que están arriba de todo.
Pero aspiran a estar allí y creen que eso es lo que se merecen.
Los “otros” no merecen nada, ni justicia.
Y muchos de ”los otros” se convencieron de que no son merecedores de nada.
Que no deberían poder acceder a lo básico: comida, bienestar, servicios.
Que si no les dan o no pueden alcanzar, es porque no lo merecen.
Son algo así como ciudadanos de segunda.
Falta muy poco para que tengamos elecciones. Me pregunto cuánto puede influir el odio o la desvalorización en el resultado.
Llegaste hasta acá.
Te pido 3 minutos más.
En verdad es solo esa la cantidad de tiempo que te va a llevar ver este video producido por el gobierno de Dinamarca

All That We Share – TV 2 – Denmark – Subtitulado español from Artecomp on Vimeo.


Hay más puntos en común que diferencias en la mayoría.

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