Ayer se realizaron las elecciones en Uruguay. Elecciones históricas por la cantidad de votantes y por el cambio de rumbo – éso es lo que todos esperamos, aunque yo sea argentino, ya que mi esposa es uruguaya – luego de 174 años de gobierno de la derecha…
… Hoy votan los norteamericanos.
También esperan una gran cantidad de votantes, pero con una diferencia:
En el «país de la democracia y la libertad», hay como nunca y probablemente como en ningún país de todo el planeta, tantos veedores para controlar que las elecciones sean: transparentes, que no se amenace a los votantes, que no haya fraude…
A veces me pregunto si toda la culpa de que el pueblo no vea lo evidente es por exclusiva culpa del Estado, que lo tapa para que no se pueda ver, o si es que la gente al momento de enfrentarse con los hechos se cubra los ojos o mire para otro lado.
Imagino que hay culpas compartidas y repartidas.
¿A nadie se le ocurre que algo malo debe estar pasando cuando hay tantas instituciones y particulares que quieran supervisar y hacer supervisar un proceso eleccionario?
¿Acaso no se dan cuenta de cómo cambia el discurso de Bush desde el atentado a las Torres Gemelas, la invasión a Irak y sus armas de destrucción masiva, la varias veces repetida «casi captura» de Bin Laden, y a los otros puntos que ellos más que nadie han escuchado?
Parece 1984 de George Orwell.
Y en algunos aspectos relativos a la censura al Farenheit 451 de Ray Bradbury.
Quizás al pueblo norteamericano no le guste abrir los ojos y ver que no son los salvadores de la humanidad, de sus valores y de la democracia.
Fue su país el que fomentó gobiernos anti-democráticos que asesinaron impunemente a decenas o cientos de miles de personas por las armas – incluyendo torturas aprendidas de los «profesores» de la C.I.A. y otros organismos made in U.S.A. – así como de hambre y enfermedad.
Es el mismo país que invade a otros que considera más débiles y que entrega a sus empresarios que los apoyaron en esas «guerras».
Es el mismo, que en la época de la guerra fría no invadía a los países comunistas que en ese momento eran «el gran peligro» o «el enemigo», porque hubiera sido una guerra, y no una matanza como en Granada, Afganistán o Irak.
Es el que tiene en Guantánamo una cárcel ilegal para detenidos ilegales en condiciones ilegales e infrahumanas, a los que se les niega no sólo el derecho a un juicio justo, sino que se los venda, enguanta e inmoviliza para que pierda todo contacto con el mundo como una nueva forma de tortura.
Pero, volviendo al tema de las elecciones, ¿cómo hacen para no sentir vergüenza de que «su» gobierno aparentemente – es una manera de decir – ganó las elecciones con fraude y que en todo el mundo crean que en estas elecciones va a ocurrir – cuando menos – lo mismo?
Quizás sería saludable para todos – y me refiero a todo el planeta – que se detuvieran un instante a pensar en qué les dijeron y luego desdijeron, qué cosas hicieron y siguen haciendo en contra de los principios básicos y fundamentales de la humanidad.
El golpe contra la realidad va a ser muy duro, pero es la única manera de enfrentarla con la frente en alto.