Esperando con mi hijo Hernán (15) a que avanzara la fila de la caja en el supermercado, llegamos a una oferta de gorros (con visera y los del tipo que usaba el Capitán Piluso) de Boca Juniors y River Plate. Eran los auténticos, con su marca con holograma.
Hernán toma uno para curiosear y al mirar el interior ve la etiqueta del fabricante con las instrucciones para el lavado y el cuidado.
Por supuesto que figuraba que se lo lavara con agua fría y que no se lo retorciese, pero la última recomendación nos impactó: «no exponer al sol».
¡Qué fantástico!
¡Por fin llegaron los gorros con visera para la noche o interiores!
Lástima que sean tan delicados que no puedan usarse a la intemperie de día.
Los rayos ultravioletas, para estos gorros se convierten en radiación ultraviolenta.
Aclaración: en Argentina, estar de la gorra es sinónimo de estar un poco loco.