Terrorismo/s

Al momento de escribir este post, se habla de – al menos – 500 víctimas en el colegio ruso que tomaron los extremistas chechenos.

La primera de las preguntas que me surgen cuando veo cosas como ésta, es: ¿cómo es que se ha llegado a este grado de violencia?

Creo que hay una sola respuesta, pero que requiere un preámbulo con algo de información.

Voy a tomar la violencia extremista y me voy a referir a ella, tomando de los últimos casos, los que más prensa han tenido.

1.- Las torres gemelas en Estados Unidos.
2.- Los vagones de pasajeros en España.
3.- Los hombres/mujeres bomba en Israel.
4.- La escuela en Rusia.

Geográficamente, en 4 lugares muy distantes entre sí. Políticamente, cuatro tipos de gobierno. Política exterior…

Estados Unidos ha decidido invadir países. Anteriormente se «conformaba» con instalar gobiernos que le fueran serviles, para manejar la economía de acuerdo a sus – de ellos, USA – conveniencias y necesidades. Es así como en América Latina y África instaló gobiernos de facto que respondían a sus intereses y que no han reparado en cometer todo tipo de atrocidades y delitos de lesa humanidad, siempre avalados, protegidos y guiados por los que gustan de llamarse a sí mismos «defensores de la humanidad».

España, un país que si bien fue colonialista, hace muchos años que no lo es más. Nunca ha tenido una política exterior agresiva, sino hasta el momento en que su presidente decidió aliarse incondicionalmente con el gobierno estadounidense y envió tropas de ocupación a Irak.

Israel, un país creado luego de la segunda guerra mundial, instalado por las «potencias de occidente» en un territorio que ya tenía sus conflictos. El pueblo judío venía de padecer increíbles horrores en la Alemania nazi. Sin embargo, una parte de su dirigencia, decidió dejar de ser la víctima y decidió ser victimaria. Baste recordar que la tortura está permitida en su constitución. Se encuentran en guerra contra Palestina.

Rusia, tiene una larga historia imperial. Los territorios que la rodeaban pasaron a ser «su» territorio. En el caso de Chechenia, el conflicto viene desde la época de los zares. El actual presidente ruso, Putin, fue el que ordenó la invasión a Chechenia, cuando se encontraban en una especie de tregua, con reclamo de independencia.

Va tomando forma la idea de que estos cuatro países tienen cosas en común: No sólo se inmiscuyen en los asuntos de otros estados, sino que los atacan e invaden.

¿Qué queda en éstos países luego de semejante intervención?

En América Latina: desocupación, pobreza, hambre.

En África: desocupación, pobreza, hambre.

En Medio Oriente: desocupación, pobreza, hambre, destrucción, desolación.

En Chechenia: desocupación, pobreza, hambre, destrucción, desolación.

En América Latina y África, al no haberse arrasado su territorio, han dejado – al menos – la esperanza de salir adelante.

En el Medio Oriente y Chechenia, la única opción es la guerra.

Pero, ¿cómo se combate contra un enemigo muy superior en armamento, recursos y apoyo logístico y económico?

¿Cómo se puede luchar contra la indiferencia de los otros países, de las Naciones Unidas, de la prensa que decide no informar o que sencillamente desinforma?

Los están masacrando. Cuando uno ve las imágenes de estas guerras, ve cadáveres de civiles. Ve mujeres y niños muertos. Ve ancianos, mujeres y niños heridos, con el terror y el sufrimiento marcados en sus rostros.

Para vencer a un enemigo, hay que combatirlo en el terreno que sea el más propicio.

¿Cómo atacarlos si no se cuenta con armamento, con equipo y vehículos en cantidad?

Pues bien, atacan en los lugares que «no están defendidos» convenientemente.

¿Cómo puede ser que decidan atacar a personas indefensas, a mujeres y niños que están al margen de todo tipo de decisión de sus gobiernos?

Cuando veo – poco es lo que se muestra – las imágenes de éstos países atacados, veo también gente indefensa y al margen de las decisiones políticas que los han llevado a la situación en la que se encuentran.

¿Qué se sentirá al ver morir a los seres queridos cuando son asesinados por ejércitos poderosos?

Hasta los animales más indefensos al sentirse atacados y sin escapatoria intentan una acción ofensiva.

Creo que las políticas extremistas generan reacciones extremistas.

No nace un Ghandi todos los días. No podemos pedirle a esta gente que ponga la otra mejilla, porque probablemente la tenga herida y no quiera recibir más castigo.

Para hacer desaparecer el terror extremista, sería muy útil que quienes viven en los países que generan tan grandes desigualdades, dejen de apoyar a los gobiernos que las fomentan.

Suena como una hermosa utopía, pero muchos de los logros de la humanidad han sido previamente sueños.

No esperemos un cambio inmediato y drástico. Generemos un cambio.

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