WANTED – BUSCADO

Todos habrán visto en las películas de cawboys (coboys/convoys decían algunos) en donde se veían pequeños carteles con unas caras dibujadas que en su parte superior decían: WANTED.

Había muchos y peligrosos criminales en el viejo y lejano Oeste…

Pero, los yanquis son tan tradicionalistas, que siguen con la manía de andar buscando criminales por ahí, pidiéndole a la gente que colabore, que han puesto un sitio en internet en donde aparecen estos criminales.

Hay otro sitio en el que se puede poner el nombre de una persona y averiguar si tiene antecedentes criminales. Puede ser buscado por delitos de: Comportamiento, Negocios, Drogas y Alcohol, Asuntos Sexuales, Hurto o Robo, Violencia, Ofensas de Tráfico y de Otro Tipo.

Simplemente por curiosidad, puse mi nombre para ver qué pasaba y me llevé una pequeña sorpresa.

Con mi mismo nombre y apellido son 17 los buscados de un total de 34 que tienen un segundo nombre o segundo apellido o que utilizan mi nombre como alias, como por ejemplo, un tal Gustavo Salvador Hurtado utiliza mi nombre y apellido como alias.

Hasta hay un José Luis Perales (¿será el cantante?) que utiliza mi nombre y apellido, con el agregado de Adolfo (Gustavo Adolfo Rivas) para evadir a la justicia norteamericana.

Me está dando un poquito de miedo hacer un viaje a Estados Unidos. ¿Y si termino en Guantánamo?

Fíjense si no debo estar preocupado.

¡Una buena!

¡Por fin una buena!

Hace 3 días me quejaba de la hijoputez de Tomás Delgado Bartolomé, que quería demandar por €20.000,= (veinte mil euros) a los padres de Enaitz Iriondo, al que atropelló y mató en 2004 cuando conducía aparentemente alcoholizado y a más de 170 km/h en una carretera de 90 km/h de máxima.

Ayer se celebró la vista oral en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 1 de Haro, en La Rioja, España, en donde el abogado de Tomás Delgado Bartolomé anunció que su representado retiraba la demanda.

La jueza, por tanto, ha condenado al demandante a pagar las costas del juicio, ya que en caso de desistimiento, es quien debe hacerse cargo del pago.

Pero la cosa no termina ahí. Si el fiscal superior de La Rioja (España) halla indicios de que las pericias realizadas por pedido de la familia de la víctima son correctas, reabrirá el caso por el delito de imprudencia, que en el caso de que Tomás Delgado Bartolomé sea encontrado culpable, puede acarrearle de 1 a 4 años de prisión e inhabilitación para conducir por un período de entre 1 y 6 años.

En mi post anterior, decía que en caso de haber un Dios o Justicia, Tomás Delgado Bartolomé no podría salirse con la suya.

Pruebas de Dios todavía no he encontrado; de Justicia, sí.

La noticia que apareció en el periodico.com pueden verla aquí. La que salió en adn.es pueden leerla haciendo clici aquí.

PELIGRO: Un monstruo anda suelto en España

No cualquiera tiene el dinero para comprarse un Audi A8.

No muchos pueden afrontar los gastos -impuestos, mantenimiento, seguro- de un vehículo de ese tipo.

Sólo unos pocos pueden subirse a un vehículo tan potente sin volverse imprudente.

Pero sólo uno reúne todas las características para tenerlo, mantenerlo, volverse imprudente, y como si éso no fuera bastante, convertirse en un HIJO DE MIL PUTAS.

Pido perdón por el exabrupto, a la madre del mencionado y a mis lectores, pero no se me ocurre ningún otro calificativo para una persona de la calaña de Tomás Delgado Bartolomé.

El 26 de agosto de 2004, Enaitz Iriondo de 17 años fue atropellado por Tomás Delgado Bartolomé, que según algunas pericias iba a unos 170 km/h, provocándole instantáneamente la muerte.

El examen de alcoholemia se le realizó al conductor 1 1/2 hora después, dando un porcentaje cercano al de inhabilitación para circular.

En definitiva, a las autoridades les importó más que Enaitz no llevara chaleco reflectante ni casco en el momento del accidente, que verificar la aptitud del asesino y a qué velocidad se desplazaba.

Ahora, 4 años más tarde, el -casi digo hijo de mil putas- desalmado Tomás Delgado Bartolomé ha iniciado juicio a los padres del adolescente por los daños que ha sufrido su automóvil.

Alguien capaz de declarar a la prensa:

«Yo soy el único…, vamos, somos dos los perjudicados, al chaval le pasó lo que le pasó, pero yo soy el segundo o quizá el primer perjudicado».

no se lo puede dejar suelto por la vida así nomás.

En algún lado debe haber una ley que permita que pueda ser sancionado por el asesinato de un adolescente y por la posterior tortura a sus padres, más el intento de robo de 20.000 euros.

La cárcel más un pago por resarcimiento a la familia del chico, más una multa multimillonaria -hasta dejarlo sin un centavo- para obras de bien público como podría ser un programa de concientización de conductores adinerados e inescrupulosos (en potencia), sería lo que calmaría un poco mi indignación.

El próximo miércoles comenzará el juicio en el que el -cómo me cuesta no decirle hijo de mil putas- inescrupuloso Tomás Delgado Bartolomé reclamará que se lo compense por los daños recibidos.

No sé si hay un Dios. No sé si hay Justicia. Pero si al menos uno de los dos existe, este hijo de mil putas -no me pude aguantar más- no puede salirse con la suya.

En la web encontrarán cientos de sitios que hablan del caso. Basta con poner el nombre de la víctima o de victimario.

Yo les dejo dos links.

El del sitio Pesimista, y el de el Periódico.com donde pueden ver algunos datos.

Los violadores – Capítulo VI

Como tengo el auto descompuesto, estoy viajando en colectivo. Puedo tener otro punto de vista, al no tener que prestarle atención al tránsito.

Subo en la terminal del Correo Central de la línea 74, según mi boleto, al interno 246, con el chofer 156 a las 16:05.

Cuando subo, la mitad de los asientos estaba ocupada, más un joven que de pie junto a la máquina expendedora de boletos charlaba animadamente con el chofer.

Salimos, luego de unas cuadras el joven se sienta en el pasarruedas derecho, un lugar que si bien no está destinado para los pasajeros no molestaba a ninguno de los que subían. Algún día hablaré de lo mal diseñados que están los colectivos.

Sigue charlando, mientras el colectivero – como todos – se acerca demasiado a los colectivos que lo preceden, no arrima al cordón para que suba y baje el pasaje, cambia intempestivamente de carril sin previo aviso y varias infracciones más, que cometen todos los choferes de Capital y Gran Buenos Aires. Es difícil manejar y respetar un horario con el tránsito que hay. También de ésto hablaré en algún otro momento.

En la avenida Regimiento de Patricios, aproximadamente al 900, suben dos nenas de unos 10 u 11 años y dos nenes de unos 7 u 8.
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