Los maravillosos Silent Monks – Monjes Silenciosos

Nunca se me había ocurrido pensar cómo podrían -por ejemplo- dar misa en un convento en donde sus monjes hubiesen hecho votos de silencio.

Ni siquiera se me ocurrió que en un lugar así, nunca elevarían cánticos alabando al Señor.

Afortunadamente, los monjes de los alrededores de Mollala solucionaron el problema.

En la presentación del coro de los Silent Monks (Monjes Silenciosos) siempre se lee una introducción a modo de presentación:

Ladies and gentlemen,
First Baptist Church is proud
to bring you our next guests.
They are «The Silent Monks».
They visit us tonight
from the seclusion
of their monastic aerie,
high in the ascetic
and sef-abnegating
environs of Mollala.
There, they
obediently eschew
the accouterments of modernity
and live lives of denial.

This fraternal order has taken
vows of silence
and of rough fabric,
as singns of their devotion
to demands higher than those
of munane carnality
and banal essentialism.

But the Bible has
enjoined them to
«make a joyful noise
unto the Lord».

An so, their quandary
es self-evident:
how to proffer proper praise
that neither violates nor vitiates,
but validates their vows.

That they are here tonight
is evidence that
they have discovered
a creative and
monumental solution
to this theological dilemma.

We give you
«The Silent Monks».

Que traducida al español sería más o menos así:

Señoras y señores,
La Primera Iglesia Bautista se siente orgullosa
para brindarles a nuestros siguientes invitados.
Ellos son «Los Monjes Silenciosos».
Nos visitan esta noche
desde la reclusión
de su claustro monástico,
alto en los ascéticos
y abnegados
alrededores de Mollala.
Allí, ellos
obedientemente evitan
los avíos de la modernidad
y viven una vida de negación.

Esta Orden Fraternal ha tomado
votos de silencio
y visten tejidos bastos,
como singnos de su devoción
a las demandas más altas que las
de la carnalidad mundana
y el esencialismo banal.

Pero la Biblia
los instó a
«hacer un ruido alegre
al Señor».

De esa manera, su dilema
es evidente:
Cómo proferir alabanzas adecuadas
que ni viole ni vicie,
pero confirme sus votos.

Que estén aquí esta noche
prueba que
que han descubierto
una creativa y
monumental solución
a este dilema teológico.

Los dejamos con
«Los Monjes silencio».

Los dejo con el video del Aleluya de Händel para que lo disfruten.

Recomiendo la opción Full Screen – Pantalla Completa.

Ya que en este video no puede apreciarse bien la letra, les dejo otro en donde sí se lee, pero sin que se escuche al público.