Un post emotivo para cerrar el año

No sé en qué fecha ocurrió.

No sé en qué ciudad fue filmado.

No sé qué habrá sido del amo y su mascota.

No sé si decir «amo y mascota» o simplemente DOS AMIGOS.

Ocurrió en Brasil. Un hombre en situación de calle (eufemismo para mencionar a un indigente) tuvo un ataque epiléptico.

Una ambulancia se hizo presente para tratarlo y decidieron llevarlo a un hospital para poder atenderlo como corresponde.

El copiloto, imagino que enfermero o médico, graba al perro del accidentado corriendo junto a la ambulancia, porque no quería separarse de su amigo.

Luego de los comentarios de sorpresa y de algunas risas provocadas por la extraordinaria devoción del perro, deciden detener el vehículo para dejar que pudiera subirse junto al humano con el que compartía su vida.

Al llegar al hospital, dejan la camilla en un pasillo, supongo que esperando que un médico lo atendiera, y el perro, simpre interesado en su humano, se sienta en el suelo, para esperar que todo volviera «a la normalidad».

La historia queda inconclusa.

Ni el diario La Nación ni el Daily Mail, que origina la nota aclaran qué sucedió después.

Esperemos que ambos pudieran retomar su vida juntos. Lo ideal sería que no fuera viviendo en la calle, pero esa parte me parece más difícil.

Lo importante es reconocer que un perro puede tener sentimientos (no quiero discutir de qué tipo ni nada), que quienes atendieron a la víctima entendieron que quizás no existiía mejor opción que permitir que el hombre y su perro siguieran juntos.

A veces cosas que para muchos son nimias, pueden ser parte de un comportamiento maravilloso.

Los 4, el perro y los tres paramédicos, el que manejaba, el que filmó y el que lo recibe en la unidad, simplemente actuaron bien.

Pensar que a veces ver que se actúa bien parece tan raro…

El video en YouTube.

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