Ser o no ser… muchas cosas

El 18 de marzo de 2011, unos pocos días atrás, estuve en el Cerro Tronador, en Bariloche.

Una experiencia maravillosa de la que en otro momento hablaré y mostraré algunas fotos y algún video.

De lo que quisiera hablar hoy es de otra cosa: «De lo que podemos llegar a ser o no ser».

En la zona del volcán hay un par de hermosas caidas de agua que crean un arroyo que corre por entra las rocas.

Mediante un camino bastante precario y agreste puede accederse a una vista más cercana a la pared montañosa y las caidas de agua.

El lugar tiene un nombre poco original: «Garganta del Diablo».


Click en la foto la amplía.

A mitad de camino hay unos cuasi escalones que permiten el descenso hasta el arrollo de aguas cristalinas generadas por el deshielo parcial del glaciar que se encuentra montaña arriba.

En este video puede apreciarse un poco la vista de la caída y del agua corriendo por entre las piedras.

Retomando la senda ascendente se llega hasta un lugar que nos acerca bastante a la cascada, previniéndonos de que no superemos la zona que marcan los carteles, porque es zona de avalanchas.

Dos carteles que se complementan muy bien, ya que en uno se muestra el ícono de avalanchas y claramente indica «PELIGRO ZONA DE AVALANCHAS» y el otro es una flecha cruzada, que claramente indica «NO AVANZAR» por lo que aquellos que no sepan español entiendan el mensaje.


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Por supuesto, estamos los que nos detenemos ante una clara indicación como esa, y los que no.


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En total unos 7 u 8 personas pasaron más allá de los indicadores y bajaron hasta el arroyo para estar unos metros más cerca de la caída de agua, que de todas maneras quedaba a cientos de metros y no creo que hubiera una diferencia a favor, ya que daba la impresión de que desde ahí abajo se perdía la vista de la parte inferior de la cascada que que sí podíamos ver los que no avanzamos.

En este caso, era una cuestión de ser o no ser.

Ser o no ser respetuoso de lo que se nos ordena mediante carteles, que son simplemente elementos pasivos que la únca presión que pueden ejercer es pedirnos que no sigamos, pero no tomar ninguna medida en caso de no respetarlos.

Ser o no ser concientes de que en una zona peligrosa, es imposible saber cuándo ocurrirá un evento que ponga en riesgo nuestra vida.

Ser o no ser inteligentes para darnos cuenta de que esa violación a lo establecido no nos convierte en mejores en ningún sentido. Ni más pícaros, ni más valientes, ni nada.

Pero hay aún algo más.

La foto de arriba puede mostrarnos un detalle que da como para pensar…


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¡Sí, el hombre que está de espaldas tiene un bebé en brazos!

Aquí, dejo que ustedes mismos describan con sus palabras lo que ese individuo puede ser o no ser.

No pasó nada.

No hubo avalanchas, ni terremotos, ni furiosas corrientes de agua bajando por las laderas.

No por lo menos esta vez.

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