Infiltrados K en el grupo A

Me enteré leyendo Mide/no mide que a Francisco De Narváez la gente de Bloomberg, una empresa fundada en 1981 para asesorar financieramente (hasta tienen un canal de noticias económicas), le hizo un reportaje.

De Narváez, colombiano de nacimiento y argentino por adopción, intentó entrar a la política poniendo todas sus fichas y pretendiendo llegar a ser, un día no muy lejano, presidente de la Argentina.

Se encontró con un un pequeño impedimento: La Constitución Nacional.

Los extranjeros no pueden ser presidentes. Cosa que me parece más que lógica.

Este emprendedor empresario no aceptaba que la ley estuviera por encima de él, y trató por todos los medios a su alcance -pocos, en ese sentido- de convencer a políticos y a la ciudadanía de que era discriminatorio.

Como no prosperó la movida, se conforma con ser parte de la oposición acérrima al gobierno y -a lo sumo- intentar ser gobernador de la Provincia de Buenos Aires.

Siempre crítico con la política oficial, era de suponer que podría aprovechar la nota para posicionar a la oposición un poco mejor internacionalmente.

Pero no.

Le salió el tiro por la culata.

Quizás lo único que dijo de importancia es lo que en el reportaje se muestra:

Que el país crece a un ritmo superior al de 1992.

Que el crecimiento para este año de la Argentina será de 11% en lugar de 9 y pico que anuncia el gobierno.

Que el crecimiento argentino es a «tasas chinas», lo que significa que en estos momentos es excelente, y todo debido al consumo interno que representa el 75% de esa expansión.

Como político opositor no es muy bueno que digamos.

En su favor podemos decir que otros integrantes del grupo A no son muy duchos tampoco en esto de hacer campaña en contra de los Kirchner.

Repasemos:

Carrió anunciando apocalipsis varios y permanentes; estado de crispación de la gente; economía en derrumbe; violencia política con muertos incluidos; ninguneo internacional…

En definitiva, a medida que iba soltando frases, la realidad se lo desmentía muy poco tiempo después.

Además no resiste archivos, porque la podemos encontrar diciendo exactamente lo opuesto muy pocos años antes.

Reutemann, cuando sale a la palestra lo hace totalmente exacerbado, insultando al aire, mostrando que la crispación venia -en ese caso- de su lado.

Duhalde, que juró siendo presidente interino que quienes habíamos depositado dólares, retiraríamos dólares y no cumplió; que se lo considera responsable por los asesinatos de Kosteki y Santillán; que defiende a Videla…

No es una buena carta de presentación, me parece.

Felipe Solá, que trata de ver si tiene chances y reta a Duhalde cuando este se pasa de la raya y quiere ser «el protagonista».

Magneto, que fuera el poder en las sombras, una vez que salió a la luz, hizo una reunión en su casa invitando a los políticos de la oposición -el mencionado grupo A- para plantear una estrategia única armada por él para oponerse al oficialismo, y para ello les entregó una carpeta y un cd con instrucciones (ambos de color rojo para que fuera bien visible). Como la cena había sido secreta, necesitó pasarle el dato a su socio de Papel Prensa para que publicara esa información y -desde mi punto de vista-, «escracharlos» de manera de que ninguno negara en el futuro haber hecho pactos con él y así tenerlos agarrados porque los convirtió en sus cómplices y no los va a dejar arrepentirse.

Creo firmemente que el crecimiento en las estadísticas de la presidenta y de su esposo, el ex presidente no sólo se debe a ciertas mejoras económicas y sociales, sino en gran parte por la acción de sus opositores, que no paran de mostrar que no son ni creíbles ni confiables.

Desde hace un tiempito me asalta esta idea: ¿No serán en realidad infiltrados K en la oposición para darle mayor impulso a la reelección tanto de Néstor como de Cristina?

A ver si la frase gatopardista «cambiar para que nada cambie» es aplicable a este grupo de políticos que están en realidad trabajando para el gobierno…

Viniendo de los políticos, cualquier cosa es posible.

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