Los violadores – Capítulo VI

Como tengo el auto descompuesto, estoy viajando en colectivo. Puedo tener otro punto de vista, al no tener que prestarle atención al tránsito.

Subo en la terminal del Correo Central de la línea 74, según mi boleto, al interno 246, con el chofer 156 a las 16:05.

Cuando subo, la mitad de los asientos estaba ocupada, más un joven que de pie junto a la máquina expendedora de boletos charlaba animadamente con el chofer.

Salimos, luego de unas cuadras el joven se sienta en el pasarruedas derecho, un lugar que si bien no está destinado para los pasajeros no molestaba a ninguno de los que subían. Algún día hablaré de lo mal diseñados que están los colectivos.

Sigue charlando, mientras el colectivero – como todos – se acerca demasiado a los colectivos que lo preceden, no arrima al cordón para que suba y baje el pasaje, cambia intempestivamente de carril sin previo aviso y varias infracciones más, que cometen todos los choferes de Capital y Gran Buenos Aires. Es difícil manejar y respetar un horario con el tránsito que hay. También de ésto hablaré en algún otro momento.

En la avenida Regimiento de Patricios, aproximadamente al 900, suben dos nenas de unos 10 u 11 años y dos nenes de unos 7 u 8.

Las chicas comienzan a hablar y reirse, con un volumen que no molestaba a nadie, hasta que de pronto se eschucha un ¡¡CHISSSSSSSTTT!!

Era el chofer, que pretendía que se callaran, tal vez porque no le permitía concentrarse en la conversación con su amigo.

Bajan la voz, siguen riéndose y a las pocas cuadras – habrían sido una media docena -, una de ellas toca el timbre para bajar.

Baja uno de los nenes, ella se demora un instante para terminar la frase con su amiguita, y saludarla entrechocando palmas, cuando súbitamente la puerta comienza a cerrarse y a ponerse en movimiento en colectivo.

Un gritito de sorpresa, un salto hacia la calle, el brazo (no sé si no una pierna también) es golpeada por las puertas sin llegar a atraparla.

Inmediatamente, una señora (desconozco si lo era; edad para serlo, tenía de sobra) a la que voy a describir como a una persona con un rostro que demostraba una total insatisfacción con su vida, comienza a retar a la nena que había quedado abordo.

Comenzó diciendo que por andar paveando (tonteando) era que sucedían esas cosas, que era fácil que tuvieran un accidente a causa de ello.

Antes de que la señora terminara su retahíla, habíamos llegado a la siguiente parada, en donde la niña y el niño se bajaron.

Siguió la protesta, esta vez con la intención de apoyar al colectivero, diciendo que si la puerta hubiera atrapado a la nena, seguramente culparían al chofer por el accidente. Que todo ésto pasaba porque les cobraban 5 centavos el pasaje, que si les cobraran 1 peso, seguramente no se subirían por tan pocas cuadras, que…

A estas alturas, dejé automáticamente de prestarle atención, y me dediqué a pergeñar el post que ahora estoy escribiendo.

Estaba en una posición en la que pude ver claramente el rostro del chofer en el espejo retrovisor, que miraba hacia la puerta cuando la nena se demoró, y que el cierre de ésta no fue accidental, sino premeditado. Que el poner en movimiento el colectivo también lo fue. Seguramente para darle un escarmiento para que no se demore al descender y no le haga perder tiempo…

Cuando me bajé, tomé el boleto y anoté la patente FBS 537 por las dudas…

Si alguna duda pudiera quedarle a alguien de qué clase de chofer era, les cuento que el semáforo de la Avenida Belgrano y General Güemes estaba en rojo al bajarme, y que el colectivero arrancó, y lo cruzó EN ROJO, porque total, en ese momento no cruzaban peatones. Eran las 16:42.

Me quedé pensando en el no te metás, en lo bien que hubiera estado que tuviéramos conciencia como ciudadanos y entre todos hubiésemos reprendido al chofer. Que pudiéramos haberle explicado a esa mujer qué equivocada que estaba. Que ningún ómnibus de transporte urbano de pasajeros puede ponerse en movimiento con las puertas abiertas, que seguramente el sistema que lo impide estaba o roto o bien (mal) desconectado. Que es un peligro el viajar con las puertas abiertas. Al bajarme yo, abrió las puertas más de 50 metros antes, e íbamos fácilmente a unos 60 km/h. Es más, podría haberle contado cómo una vez, frente al Hospital Fiorito vi caer a un pasajero por la puerta trasera y morir instantáneamente por llevarla abierta mientras circulaba. Que la conducta del colectivero fue – intencionada o no – criminal. Que…

Pero seguramente hubiera estado solo…

… tal vez no; quizás alguien más pensó todo lo que yo pensé, incluyendo lo de la posibilidad de quedar solo o sola en la cruzada educadora…

Nos falta mucho para ser civilizados :-(.

5 comentarios en “Los violadores – Capítulo VI

  1. Y vos que hiciste? Solo pensar en escribir este POST limpia conciencia? Por que no actuaste de otra manera? Es mas, con tantos datos que tenes anotados por que no lo denuncias a CNRT? Si hasta en el mismo colectivo que viajaste debe estar publicado el numero para llamar y hacer la denuncia.

  2. La denuncia está hecha, lo que remarco en el post es la sensación de sentirse solo en caso de tener que reaccionar ante una injusticia o un delito. La bronca que genera que hechos como éste tengan gente que los apoye. Que las empresas presionen a sus choferes con los horarios. No es toda la culpa del chofer.

  3. Gus te doy la razón, lo lamentable ya que no hubo por suerte, lesiones con la nena, es la circunstancia de que esta mujer es la representante de una gran mayoría que piensa así y la debilidad de los otros pasajeros que a lo mejor no piensan igual pero dejan pasar. Y además pienso que por más presiones que haya, el tipo es un cretino por lo que decís de la puerta. No puede arrancar así y por otra parte estaba perdiendo el tiempo hablando con otra persona. grrr cariños.

  4. el egoísmo individual del chofer y los aires de estrella de la …vieja(señoras,lo que se dice señoras hay pocas) influyeron en este caso.
    Nunca vamos a ser sociedad mientras primen los ánimos individualistas.
    Para ejemplo de civilizaciones,basta con echarle una mirada a un hormiguero.

    Excelente el post y muy bueno el blog.Gusto en conocerlo 🙂

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