Falta de idoneidad y de vergüenza

En 1995, y en lo que parecería ser un intento de encubrimiento por la venta ilegal de armamento, fue volada la fábrica militar de Río Tercero.

Un caso en el que podría estar involucrado inclusive el entonces presidente Menem. Donde no sólo se destruyó la planta y casas que ni siquiera estaban cerca, sino que hubo 7 muertos.

El juez (conjuez) Diego Estévez, para refutar el informe pericial de los expertos de la Universidad Nacional de Córdoba, recurrió a internet.

Dijo que no recurrió a nuevas pericias, porque habiendo internet, la información puede ser accedida si se sabe buscar.

Probablemente él no supiera hacerlo, porque recurrió a un sitio al que concurren estudiantes secundarios para buscar trabajos prácticos para ahorrarse el esfuerzo de hacerlos.

Copió algunas partes de un trabajo que allí se encontraba.

Con esos antecedentes sobreseyó a los militares (6) que estaban procesados por el ¿supuesto? delito.

No quisiera pensar mal del juez, pero en un caso en el que hubo ventas secretas por varios millones de dólares, mafias y traficantes de armas, no puedo creer en la inocencia, estupidez o incapacidad de quien arribó a semejante veredicto.

La justicia es ciega y es por éso que no puede ver cuando una de las partes desequilibra la balanza poniendo un dedo en ella.

La noticia en Clarín.

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