¡Suerte que Elvis Presley está muerto!

Mucha gente tiene problemas para hablar su propio idioma, y no todo el mundo puede hablar correctamente una segunda lengua.

Para esos casos en que no se manejan palabras -por ejemplo en inglés- existe la fonética.

Simplemente en el idioma del que tiene que hablar, se recrean las palabras extranjeras.

Casa en inglés es house, para los que no saben cómo se pronuncia, se le escribe «jaus», y aunque la j suene más fuerte que la h en inglés, se entiende lo que se quiso decir.

Otro método -que evidentemente algunos usan- es el de escuchar la letra que no se entiende infinidad de veces hasta que el cerebro arma la fonética y la persona la canta.

Este es -seguramente- el método que Enrique Castellón Vargas, más conocido como El Príncipe Gitano usó para cantar la canción In the Ghetto que todos conocemos cantada por Elvis Presley.

Alguien se tomó la tarea de escuchar la grabación de El Príncipe Gitano y colocarle la letra en la parte inferior de la pantalla en español para que se entienda qué quiere decir si no se habla inglés, en el medio la letra en inglés y en la parte superior la «fonética» tal como es cantada.

Es un interesantísimo ejercicio para ver qué se tiene que hacer y qué no para cantar decentemente en otro idioma.
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Mi amigo el enemigo

Me ha costado mucho dar forma a la idea que desde hace unos cuantos días me da vueltas por la cabeza.

Se me ocurrió que lo mejor era ponerme a escribir y tratar de volcar todo y en el peor de los casos corregir una y otra vez el texto hasta que se parezca a lo que pienso.

Hace poco estuve en Londres, unos pocos días.

Era verano. Salvo un mediodía en el que apareció una nubecita que tapó algo el sol por unos 15 minutos, el calor fue el dominante. Ni una gota de lluvia, ni siquiera una llovizna. Por lo tanto no conozco la ciudad en su versión gris, así que lo que me llevé fue la mejor de las impresiones de Londres. Tan diferente a todas las otras ciudades que he conocido.

En definitiva: Me gustó mucho.

El gran defecto que encontré, es que el transporte es caro.

Aunque se puede llegar a todos lados usando el sistema de subterráneos, el valor del viaje que desde un principio no es barato, cambia según a dónde se vaya.

Londres está dividido en áreas. La central, la número 1 y la más periférica la 6. Si se está en la 1 y el destino queda en la misma área, aunque se haga un trasbordo el valor es el mínimo. Hacer 3 estaciones y cambiar de área, implica un costo mayor. En definitiva, los turistas sacamos la tarjeta Oyster y la usamos hasta que nos vamos. Al irnos, podemos devolverla y nos reintegran algo de dinero. No sé cuánto, porque me quedé con ella, porque mi hijo menor piensa ir para visitar a su hermano y puedo pasársela para que no tenga necesidad de perder tiempo comprando una.

Por poco que se use, 30 Libras (costo tarjeta + carga) no alcanzan para mucho.

Me quedé sin saldo, y en la estación Aldgate, en Whitechapel, que era la que tenía enfrente de mi departamento no hay gente en una ventanilla para cargar nada. Sólo máquinas automáticas. Como no tenía mucho dinero en efectivo, decidí cargarla usando mi tarjeta de crédito y como no quería meter la pata y que la expendedora se la quedara culpándome de algún error de mi parte, busqué a algún empleado del subte para que me asesorara.

Había cerca de los molinetes un señor mayor con uniforme del metro y le pedí ayuda.

Muy amablemente me llevó a una máquina y mientras me explicaba lo sencillo y seguro que era el procedimiento (en ese momento me sentí un cavernícola por no confiar en la tecnología), me preguntó de dónde era.

Cuando le dije que de Argentina, hizo una pequeña pausa, se sonrió y me dijo que él había estado muy cerca de allí.
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Dinero plástico

Siempre que escuché hablar de «dinero plástico», se hacía referencia a la tarjeta de crédito.

Con sorpresa descubrí que en algunos países, dinero plástico define a los billetes de uso corriente.

Tuve la oportunidad de tener en mis manos un par de billetes de dólares australianos, uno de 5 y otro de 20, y compararlos con los pesos argentinos del mismo valor (valor en cuanto a numeración, porque los dólares australianos valen más que los pesos argentinos).

Lo primero que me llamó la atención fue que el color era más brillante; luego, al tomarlos, la textura era diferente, eran suaves al tacto.

Noté que tenían un área transparente en el ángulo inferior izquierdo o derecho, según el valor del billete, como si tuviera una película de plástico transparente.

Imagínense la sorpresa al enterarme de que no sólo el área transparente era de plástico, sino todo el billete!

Me dijeron que aunque se olvidaran el dinero en los bolsillos, podían lavar tranquilamente la ropa, porque no se deterioraban. ¿Tendrían en mente el lavado de dinero cuando los crearon?

Me dijeron que probara haciendo un bollo con ellos, y así lo hice.

Les dejo el video para que vean la diferencia entre los billetes de plástico y los tradicionales de papel.

La pregunta del millón es: ¿Cuál de los dos tipos afecta más al medio ambiente? ¿El que obliga a talar árboles para hacerlos o el que necesita del petróleo y los productos químicos para crearlos?

He encontrado en la web que no sólo Australia tiene dinero plástico. Nueva Zelanda, Rumania, Vietnam y Brunei. También menciona a Brasil y Chile, pero según me comentaron quienes me prestaron los dólares australianos, que en Brasil no encontraron ningún billete plástico. Tendré que investigar un poco más sobre ésto.

Información en la wikipedia (en inglés).
Información desde Australia (en inglés).
Características de los billetes plásticos (en español).

¡Tiemblen, usuarios de Yahoo!

Para quienes tengan una única dirección de correo y sea ésta de Yahoo, piensen que lo que todavía es gratis, ilimitado o lo que tengan, puede dejar de serlo.

A Yahoo las cosas no le van como esperaba, y parece que hay quien quiere darles una mano y comprarles la compañía.

Por la módica suma de 44,6 mil millones de dólares, Microsoft quiere quedarse con Yahoo.

La competencia en el rubro buscadores y correo electrónico desespera a Microsoft, que está viendo que Google está revolucionando conceptos que Bill Gates había establecido: «Nunca serán los verdaderos dueños de nada, deberán pagar por programas, actualizaciones, upgrades, extras, etc. de por vida».

Cuál terminará siendo el destino de Yahoo en manos de Microsoft, para mí, es un verdadero misterio. No son de los que dan nada gratis; ni siquiera barato.

Esperemos que prevalezca a nivel mundial el concepto de gratuidad.

Caso contrario, volveremos a la hoja de papel + sobre + estampillas…

La nota en el New York Times pueden verla -en inglés- aquí.

Blancanieves y Cenicienta también menstruaron

Walt Disney no sólo tenía entre sus dibujitos a impolutas damiselas que como mucho, permitían que un principe les diera un beso para despertarlas.

Si supieran que menstruaban y decían la palabra vagina…

A que ustedes no me creen…

Vean entonces este videíto. Está en inglés, pero se entiende.