¿Tengo que enfundar la mandolina?

Haciendo zapping, al pasar por el canal Volver, me encuentro con que estaban pasando videos de Carlos Gardel (¿era necesario hacer un link a la wikipedia?).

Siempre me gustó escucharlo. Cuando en la radio o la tele sonaba uno de sus temas, siempre me quedaba escuchando extasiado.

De pronto, aparece un cartel indicando que el tema siguiente era «Enfudá la mandolina».

Me causó gracia el título, y le presté atención.

Me sorprendió la letra, porque era en realidad un consejo para un jovato de 50. ¡Yo tengo cincuenta!

Carlitos: Podrás ser mi ídolo, pero ni loco te hago caso. Yo no estoy así.

Les dejo el video y la letra.

Enfundá la mandolina
Tango
1930
Música: Francisco Pracánico
Letra: José Zubiría Mansilla

Sosegate que ya es tiempo de archivar tus ilusiones,
dedicate a balconearla que pa’ vos ya se acabó
y es muy triste eso de verte esperando a la fulana
con la pinta de un mateo desalquilado y tristón.
No hay que hacerle, ya estás viejo, se acabaron los programas
y hacés gracia con tus locos berretines de gavión.
Ni te miran las muchachas y si alguna a vos te habla [te da labia]
es pa’ pedirte un consejo de baqueano en el amor.

Qué querés, Cipriano,
ya no das más jugo.
Son [tus] cincuenta abriles
que encima llevás.
Junto con el pelo
que fugó del mate
se te fue la pinta
que no vuelve más.

Dejá las pebetas
para los muchachos,
esos platos fuertes
no son para vos.
Piantá del sereno,
andate a la cama
que después, mañana,
andás con la tos.
Enfundá la mandolina, ya no estás pa’serenatas,
te aconseja la minusa [chirusa] que tenés en el bulín,
dibujándote [dibujándose] en la boca la atrevida cruz pagana
con la punta perfumada de su lápiz de carmín…
Han caído tus acciones en la [s] rueda [s] de grisetas
y al compás del almanaque se deshoja tu ilusión,
y ya todo te convida pa’ganar cuartel de invierno
junto al tuego del [e´tus] recuerdo [s] a la sombra de un rincón.

La letra salió de todotango. Las correcciones […] son mías.

La definitiva muerte de Fontanarrosa

El «Negro» Roberto Fontanarrosa, a los 62 años, se nos fue.

Comencé a disfrutar de sus trabajos cuando en la década del ´70 publicaba sus chistes en la revista Hortensia. Desde ese momento, fui un fanático suyo.

Historietas, viñetas, cuentos, novelas; ningún género escapó a su pluma genial.

Cuando en 2004 fue uno de los expositores en el Tercer Congreso de la Lengua Española, demostró su toda su capacidad, cuando para la disertación escogió como tema el de «las malas palabras»; llegando al súmmum al explicar la importancia de pronunciar correctamente la palabra «mierda», arrancando risas y aplausos de toda la concurrencia.

Enfermo de esclerosis lateral amiotrófica, fue perdiendo la funcionalidad de su cuerpo, comenzando por su brazo izquierdo (¡menos mal que no era zurdito!), y deteriorándose progresivamente, hasta que, al llegar a enero de este año, anunció que debido a que ya no podía controlar su mano derecha, dejaría de dibujar para aportar el guión únicamente.

A pesar de que lo intentó, la enfermedad pudo más que él. Hoy murió por un paro cardiorrespiratorio.

No hubo tema que no tratara con su ingenio y su humor extraordinario. Política, religión, fútbol (su pasión), e incluso su propia muerte.

Hace muchos años él mismo escribió su propio epitafio:

El día en que yo me muera quedarán mudas las gomas «H»
Pondrán a media asta las Dos Banderas

El día en que dibujó su propia muerte, gozaba de buena salud, pero mal carácter, por lo que fue «tranquilizado» por Boogie el aceitoso con su 44 Magnum de luxe. Más le hubiera valido un pequeño aumento para Don Inodoro…

Ahora ya está.

Ya se fue.

O no.

Podemos apelar a la sentencia final de Boogie: «Los dibujantes pasan, los dibujos quedan».

La historieta, que durante tantos años guardé entre mis tessoross, la pongo aquí para compartirla con todos ustedes.

Primera parte

La primera muerte de Roberto Fontanarrosa - 1

Con click amplía en página nueva.

Segunda parte

La primera muerte de Roberto Fontanarrosa - 2

Con click amplía en página nueva.

Aunque no quiera, se me pianta un lagrimón.

El sitio oficial.
Él en la Wikipedia.