We somos proudly argentinos ¡Yes, Canejo!

Hace ya muchos años, tantos que ya casi nadie lo recuerda, la Argentina declaró su independencia.

No me equivoco al decir que no se recuerda, porque por lo que se ha visto desde entonces hasta hoy, la declaración de independencia, fue meramente declarativa. Siempre fuimos dependientes de uno y quisimos serlo de otro.

Éramos una colonia, escribimos en un papel que dejábamos de serlo, pero nunca lo llevamos a cabo.

Durante la mayor parte de la historia de este país, siempre hicimos lo que alguna potencia nos indicaba.

Si por casualidad dejábamos de interesarle, inmediatamente partían presurosos los emisarios del gobierno a pedir consejo y guía a cambio de nuestro patrimonio y del hambre de nuestra gente.

Así nos fue.

Así nos va.

Siempre los argentinos que hacían el esfuerzo (los que no estaban en ningún nicho de poder) apoyaban con esperanza – a veces más, a veces menos – al gobernante que venía a sanear la política y la economía para bien de todos los argentinos.

Siempre digo que «la esperanza es lo último que se pierde. Primero se pierde la vida esperando esperanzado…»

Muchos quedaron en el camino.

Muchos otros (muchos más), dejaron todo lo suyo en el mismo camino.

Un camino que nunca llegaba a ninguna parte. Era circular. Con peaje cada diez pasos. Y cada vez más caro.

Nos robaron del país todo lo que quisieron sin que opusiéramos la más mínima oposición…

… Y no conformes con éso, nos cobraron fortunas por el privilegio de ser robados.

Llegamos así a una deuda externa que hace no muchos años nadie hubiera imaginado, ni siquiera los más pesimistas.

Ahora, el gobierno del presidente Kirchner quiere saldar toda la deuda que se tiene con el nefasto Fondo Monetario Internacional, pagando todo junto, de una vez.

Pero no creo que lleguemos a independizarnos, porque está tan profundamente arraigado el concepto de que Argentina es simplemente una colonia, que va a ser imposible liberarnos verdaderamente.

Como «para muestra basta un botón», voy a demostrarlo palmariamente.

Seguramente fue el F.M.I. quien proveyó a nuestro Ministerio de Economía de asesores, fórmulas, recetas, y probablemente las computadoras que usa ese Ministerio (me juego la cabeza que hasta los programas son del Fondo), para manejar nuestra economía.

No sería de extrañar, que además, todo lo que se escriba en el Ministerio de Economía, pase inmediatamente vía internet o lo que sea al Fondo Monetario Internacional, para que puedan espiarnos fácilmente.

El servidor del Ministerio de Economía de la República Argentina, se identifica como Ministery Of Economy, Argentina.

Es verdad aunque Ud. no lo crea.

Y me produce una sensación de bronca, desazón, angustia, etcétera, que voy perdiendo minuto a minuto hasta la más mínima esperanza.

Ojalá que alguien con la capacidad de corregir estas cosas lea alguna vez este post.

O por lo menos, que los medios – o alguno – levanten la noticia y generen una respuesta positiva en el gobierno.

No me gustaría que mi esperanza muriera antes que yo.

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